ARTÍCULO: Claves para fortalecer la igualdad de género desde las instituciones
Imagina una política pública que considere las necesidades de cada mujer y hombre en su diversidad, desde su rol en el hogar hasta sus oportunidades laborales. La transversalización de género busca precisamente esto: integrar la perspectiva de género en cada decisión y acción del gobierno para construir un entorno más justo y equitativo. Pero este cambio no ocurre solo con buenas intenciones; requiere un marco institucional sólido, personal capacitado y liderazgo político comprometido. La igualdad de género no se alcanza con políticas aisladas, sino a través de un modelo claro y una estrategia transversal que responda a las realidades diferenciadas de mujeres y hombres en toda su diversidad
El desafío de coordinar y el monitorear la igualdad de género
En muchos países, la responsabilidad de avanzar hacia la igualdad de género no recae en una sola entidad, sino que se distribuye entre diversos ministerios y organismos. Este enfoque fragmentado presenta un desafío adicional: la necesidad de coordinar acciones entre instituciones que, de lo contrario, podrían trabajar de manera aislada, duplicar esfuerzos o dejar importantes brechas sin atender.
Los países que más han avanzado en materia de transversalización de género sistemáticamente muestran que fortalecerlas capacidades institucionales y establecer un sistema de monitoreo riguroso son componentes fundamentales para integrar exitosamente la perspectiva de equidad en todas las prioridades de la gestión de gobierno. Canadá, Finlandia y Eslovenia destacan en este sentido, ya que han logrado articular unidades especializadas en género, equipos de trabajo altamente capacitados y sistemas de seguimiento que permiten evaluar y ajustar sus políticas de manera constante.
Lecciones de prácticas internacionales
- En Finlandia, los programas de capacitación continua aseguran que el personal encargado de implementar la perspectiva de género cuente con las habilidades necesarias para aplicar este enfoque en todos los niveles del gobierno. Esta formación no es un evento aislado, sino un proceso continuo que asegura que las políticas de género se mantengan relevantes y efectivas.
- En Eslovenia, la creación de unidades especializadas con roles claros y funciones definidas dentro de cada ministerio ha facilitado la coordinación de esfuerzos, asegurando que la igualdad de género sea un pilar en todas las decisiones políticas. Estos enfoques, junto con la implementación de indicadores específicos y la transparencia en la reportabilidad de resultados, han sido claves para el éxito de sus políticas.
- Canadá, por su parte, ha desarrollado un sistema de monitoreo que no solo mide la participación femenina en distintos sectores, sino que también evalúa las condiciones laborales, las oportunidades de desarrollo profesional y la equidad salarial. Además, al hacer públicos los resultados de estas evaluaciones, se asegura la rendición de cuentas y se ajustan las políticas de manera que alcancen sus objetivos
En América Latina, Chile ha realizado importantes avances en su estrategia de transversalización de la perspectiva de género, estableciendo un marco institucional robusto con la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género (MMEG), el uso de indicadores vinculados a incentivos como el Programa de Mejoramiento de la Gestión (PMG), Planes nacionales, compromisos ministeriales de género y una red de profesionales y unidades de género especializadas en distintos ministerios. Estos esfuerzos han sido apoyados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) junto con expertas de Delivery Associates y la División de Políticas de Igualdad del MMEG, con el objetivo de fortalecer la institucionalización de la perspectiva de género.
Un ejemplo concreto de este trabajo es la creación de un Manual de Funciones y Procesos, que define los roles y perfiles de las Asesoras Ministeriales y las y los Encargados de Género. Este manual garantiza que las políticas de género se implementen de manera coherente, incluso ante cambios en el personal. También promueve el aprendizaje colectivo mediante Comunidades de Intercambio de Prácticas, que facilitan la colaboración y el intercambio de experiencias entre los actores clave. Sin embargo, Chile todavía enfrenta desafíos similares a los de otros países de la región, relacionados a la falta de recursos suficientes para mantener y expandir estos esfuerzos.
Instituciones más fuertes, resultados más equitativos
Para lograr una transversalización de género eficaz, fortalecer las capacidades institucionales es clave. Esto incluye dotar a las organizaciones de herramientas concretas para la medición y evaluación, como la creación de indicadores específicos, manuales de funciones y sistemas de monitoreo integrales. Además, es fundamental contar con un liderazgo político comprometido que impulse estas políticas y asegure su implementación en todos los niveles de gobierno.
En definitiva, la transversalización de género no se trata solo de alcanzar la paridad numérica o de tener más mujeres en ciertos cargos. Se trata de transformar las estructuras y prácticas organizativas para que todas las personas, independientemente de su género, puedan desarrollarse plenamente y contribuir al progreso de sus comunidades. Para ello, es imprescindible contar con instituciones fuertes, coordinadas y con capacidades adecuadas que lideren este cambio hacia una sociedad más equitativa e inclusiva.