Los países con más dependencia del comercio internacional

Nunca antes el mundo había registrado tal grado de globalización como en la actualidad. El valor del comercio internacional se encuentra en máximos históricos, al tiempo que las exportaciones e importaciones cada vez representan una porción mayor del PIB global. Ahora, sin embargo, los aranceles aplicados por Donald Trump y la guerra comercial con China amenazan un sistema que ya había dado síntomas de estancamiento tras la crisis de 2008 pero que sigue generando una fuerte dependencia en algunas de las economías más fuertes del mundo, como las de la Unión Europea.

En la región comunitaria, donde la integración económica permite la libre circulación de bienes y personas, las importaciones y exportaciones equivalen al 96% del PIB de sus miembros, según datos del Banco Mundial.

La relación entre comercio y el PIB de un país mide la dependencia de su economía con el comercio internacional, mostrando el grado de globalización de dicho país. La Unión Europea, una región rica y con altos niveles de desarrollo, no solo cuenta con un mercado interno fuerte y orientado al consumo, sino que también cuenta con algunas de las grandes potencias exportadoras del mundo, como Alemania. De hecho, en la última década solo ha habido un año en el que la balanza comunitaria no registrara superávit comercial.

Pese a ser los dos grandes protagonistas de la guerra comercial, la dependencia de los mercados internacionales de China y Estados Unidos está muy lejos del nivel que experimenta la Unión Europea.

En el caso del gigante asiático, y a pesar de ser el mayor exportador del mundo, el comercio internacional de bienes y servicios que registra en su balanza comercial equivale solo al 37% de su PIB. El auge de la apertura internacional de la economía china comenzó en 2001 con su integración en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y sufrió un fuerte incremento hasta 2006, cuando el valor de sus comprar y ventas internacionales pasaron de representar un 39% de su PIB a un 64%. Sin embargo, China ha sido capaz de multiplicar su economía por nueve en los últimos veinte años y a la vez reducir su dependencia del comercio exterior, en gran parte gracias a su fuerte demanda interna.

Estados Unidos, por su parte, es el primer importador del mundo y la segunda potencia exportadora, pero el comercio internacional apenas representa el 25% de su PIB, menos aún que en China. Sin embargo, al contrario del gigante asiático, las importaciones estadounidenses superan a las exportaciones, generando una balanza comercial negativa. Aunque la guerra de aranceles iniciada por Trump el pasado abril trate de reducir esta diferencia, los aranceles reducirán su comercio internacional, lastrando su apertura al exterior y teniendo consecuencias en la economía estadounidense y en la global.

Las economías que más dependen de su comercio exterior suelen ser países pequeños que deben abrirse al comercio internacional para abastecerse de las materias y los bienes necesarios. También son, en muchos casos, nodos financieros y comerciales o refugios fiscales con un fuerte mercado de intermediación. Entre ellos están Luxemburgo, Yibuti y Singapur, superando todos el 300%, seguidos por Irlanda y Malta con un 237% y un 227%, respectivamente. Estos porcentajes que superan al propio PIB del país son posibles ya que en el cálculo del ratio se suman las exportaciones y las importaciones, lo que puede dar como resultado un valor mayor a la producción interna del país.

Al contrario, los países con menor ratio de comercio exterior en el PIB son aquellos con amplias economías y grandes poblaciones como Estados Unidos, Argentina o Brasil, cuya dependencia del comercio no supera el 35% de su PIB.

También hay otras causas por las cuales los países no se abren al exterior, como la inestabilidad de los conflictos o las políticas proteccionistas. Ejemplo de ello son Sudán, en guerra civil y con un 2% de representación del comercio exterior en su PIB, o Etiopía, con un 21%.

El mayor crecimiento del comercio internacional se dio a partir de la creación de la OMC en 1995. En dicho año, el ratio comercio/PIB a nivel global era de 43%, mientras que en 2023 alcanzó el 59%. Hoy, el valor del comercio global es siete veces mayor que en 1990, a pesar de las disrupciones que supusieron en la economía la crisis financiera de 2008 y la pandemia del coronavirus.

El auge de las medidas proteccionistas y de la guerra comercial no implica el inicio de un proceso de desglobalización generalizado. Por contra, se está produciendo un cambio en el cual las técnicas comerciales se están adaptando al contexto. Así, surgen nuevas estrategias como el friendshoring, para llevar a cabo los procesos de deslocalización en países aliados, o el nearshoring, que consiste en deslocalizar en países cercanos geográficamente.

Fuente: https://elordenmundial.com/