Crecimiento, sofisticación y sostenibilidad: un panorama empresarial de la Amazonía Colombiana
La Región Amazónica Colombiana (RAC) es uno de los activos naturales más importantes del país. Provee servicios ecosistémicos vitales para la regulación climática y alberga una enorme riqueza natural, biológica y sociocultural. La RAC abarca los departamentos de Amazonas, Caquetá, Guaviare, Guainía, Putumayo y Vaupés, cubre más del 40% del territorio continental del país, y alberga 178 resguardos indígenas y 12 parques naturales.
A pesar de su riqueza natural, la RAC es una de las regiones más pobres e improductivas del país, contribuyendo únicamente el 1% del PIB de Colombia, y apenas el 0,2% de la producción agrícola y del valor agregado manufacturero. El tejido empresarial es poco sofisticado, mayoritariamente informal y dominado por micro y pequeñas empresas enfocadas en actividades de subsistencia. Su enorme potencial bioeconómico sigue siendo una promesa poco aprovechada.
Oportunidades para el ecosistema emprendedor
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó un estudio que analiza el estado de las Mipymes y del emprendimiento en la RAC a través de datos de fuentes secundarias y entrevistas con actores clave de los ecosistemas regionales de emprendimiento e innovación. El estudio identifica restricciones importantes para el crecimiento, consolidación y sofisticación del tejido empresarial, y sugiere opciones de política pública para abordarlas. Entre los hallazgos clave del estudio resaltan:
- Habilidades, acceso a mercados y tecnologías entre los principales retos del tejido empresarial
Al ser consultados sobre las barreras más importantes para crecer y desarrollar sus negocios, los empresarios detrás de los principales negocios verdes de la RAC identifican:
- Habilidades técnicas y empresariales inadecuadas. Derivan de los desafíos en la cobertura y calidad de la educación formal (particularmente relevante para una región con más del 30% de su población menor a 14 años), así como de la oferta de formación técnica poco vinculada con las capacidades necesarias para el desarrollo de negocios verdes sofisticados y sostenibles. Además, la falta competencias técnicas adecuadas incrementan los costos de establecer empresas en la zona.
- Mercados locales pequeños y oportunidades reducidas de integración a cadenas de valor. Las empresas en la RAC que logran superar sus etapas iniciales se encuentran con barreras físicas, tecnológicas y financieras que les impiden escalar su oferta. Los mercados locales son muy pequeños y poco sofisticados, con baja o nula demanda de productos de alto valor agregado. A su vez, la provisión inadecuada de infraestructura de transporte y conectividad digital imponen costos significativos para acceder a mercados fuera de la RAC e insertarse en cadenas de valor. Asimismo, las brechas en acceso a servicios financieros y barreras al crédito limitan la capacidad de las empresas para sortear estos costos operativos e invertir en capacidades productivas y comerciales.
- Limitado acceso y capacidad de absorción de conocimientos y tecnologías. La mayoría del tejido empresarial de la región se enfoca en actividades de subsistencia, y en consecuencia tienen pocos incentivos a innovar. Sin embargo, la innovación es aún una tarea pendiente entre las empresas más intensivas en conocimiento de la RAC. Por un lado, ecosistemas subnacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) desarticulados no logran proveer insumos claves para la adopción de tecnologías e innovación empresarial (como transferencia de tecnologías, infraestructura de I+D, o cultura de la innovación). En otras palabras, además de contar con pocos insumos para la innovación, las empresas de la región son ineficientes transformando esos insumos en innovaciones tangibles. Esto se refleja en los resultados de los índices subnacionales de competitividad e innovación en Colombia, en los que los departamentos de la RAC suelen puntuar en el cuartil de más bajo desempeño a nivel nacional.
- Negocios verdes: una ventana de oportunidad para la Amazonía Colombiana
A pesar de los importantes activos naturales de la RAC, solo el 14% de los negocios verdes del país están registrados en esta región. El Ministerio de Ambiente define los negocios verdes como aquellos que “contemplan las actividades económicas en las que se ofertan bienes o servicios, que generan impactos ambientales positivos y además incorporan buenas prácticas ambientales, sociales y económicas con enfoque de ciclo de vida, contribuyendo a la conservación del ambiente como capital natural que soporta el desarrollo del territorio.”
Los departamentos de Putumayo y Caquetá albergan más de la mitad de los negocios verdes de la RAC. Los sectores con mayor representación entre los negocios verdes en la región son el ecoturismo, los productos no maderables y el agroindustrial alimentario, que en conjunto representan aproximadamente el 70% de los negocios verdes de la RAC. Estos negocios están orientados principalmente a la transformación de bioinsumos y el aprovechamiento del potencial ecoturístico, pero suelen poco intensivos en conocimiento y tecnología. De hecho, la gran mayoría de los negocios verdes de la RAC son micro y pequeñas empresas, con lógicas artesanales y de supervivencia; en mapeos recientes del ecosistema no se identifican negocios verdes de base tecnológica consolidados en la región.
- Aliados estratégicos para el fortalecimiento empresarial
Las cámaras de comercio, corporaciones de desarrollo y algunas empresas consolidadas están jugando un papel crucial en el fortalecimiento del ecosistema empresarial. De cara a la reducida oferta de programas e instrumentos de apoyo empresarial a nivel de gobiernos locales, y limitada permeabilidad de la oferta de nivel nacional, las cámaras de comercio de la región contribuyen activamente a la identificación de necesidades y canalización de recursos para el promover el desarrollo empresarial. Las Cámaras son estables en el imaginario de la región, cuentan con credibilidad y son reconocidas no solo por el apoyo directo a empresarios sino también por trabajar en la generación de condiciones habilitantes en los departamentos.
Si bien estos actores son aliados fundamentales para la formulación e implementación exitosa de programas de apoyo en el territorio, su alcance, capacidades técnicas y financieras son limitadas, por lo que su labor debe ser complementaria y no sustituta a las iniciativas de fortalecimiento empresarial promovidas desde el nivel nacional, regional y local.
Una estrategia en cinco frentes
Bajo este panorama, la política pública puede cumplir un papel esencial para articular y dar respuesta a las principales restricciones para el desarrollo del tejido empresarial de la región, promoviendo su progresiva sofisticación sin dejar de velar por el uso sostenible e inclusivo del capital natural.
El estudio propone una estrategia en cinco frentes: coordinar, invertir, destrabar, acompañar y articular. Esto implica reducir los costos de coordinación entre actores del ecosistema, generar condiciones habilitantes, eliminar barreras normativas y culturales al emprendimiento verde, capacitar emprendedores, y conectar los ecosistemas locales con nuevos mercados y oportunidades.
El estudio plantea acciones diferenciadas para dos grupos de departamentos amazónicos, con base en el grado de sofisticación relativa de sus tejidos empresariales. Para los departamentos de Putumayo, Caquetá y Amazonas, apunta a la modernización y reconversión tecnológica en industrias existentes, la sofisticación de los servicios de apoyo para la aceleración empresarial, y la inversión en sistemas de formación técnica y tecnológica más relevantes. Para los departamentos de Guaviare, Vaupés y Guainía, el estudio recomienda actividades centradas en la provisión de microcréditos y microseguros para Mipymes, orientar esfuerzos de inclusión social a través de la productividad, así como promover la innovación financiera para la conservación de activos naturales.
Desde el BID y el BID Lab, múltiples iniciativas apuntan a fortalecer a los ecosistemas de emprendimiento e innovación. Recientemente, el BID ha impulsado iniciativas como BioStartups, un programa de incubación de startups de base científica y tecnológica enfocadas en el uso y transformación sostenible de recursos renovables; así como la Red de Institutos de Investigación e Innovación sobre la Biodiversidad (Red Bioamazonia), con la que se busca articular y fortalecer los ecosistemas de CTI a nivel del bioma amazónico.
Por su lado, BID Lab ha financiado empresas como Pantera Makers, la primera aceleradora en la Amazonía Colombiana enfocada en incubar y pre-acelerar empresas en los departamentos de Amazonas, Caquetá y Putumayo; Awake Travel, el Marketplace de naturaleza que busca elevar las capacidades para conservación y monitoreo de la biodiversidad de sus anfitriones turísticos; y Amazonía Emprende, que ampliará la oferta de material vegetal para el negocio de la restauración, informando la política pública para el aprovechamiento de los recursos naturales de la RAC.
El tejido empresarial y el ecosistema de emprendimiento en la RAC enfrentanserios desafíos que inhiben su crecimiento, sofisticación y sostenibilidad.Entender la naturaleza y complejidad de estos desafíos es una condición necesaria para formular políticas e instrumentos contextualizados y efectivos, y a través de estos encender los motores de la productividad en la región, contribuyendo al desarrollo inclusivo y sostenible de Colombia.
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