La importancia de la minería latinoamericana para la transición energética global

A nadie debe sorprender que la demanda de metales y minerales vaya a incrementar debido a la transición energética, necesaria y en curso, hacia una economía global baja en carbono. Elementos como cobre, litio, manganeso, plomo y zinc son de altísima relevancia para tecnologías de descarbonización como los vehículos eléctricos, los paneles solares, los aerogeneradores y los sistemas eléctricos inteligentes, entre otros.

Nuestro estudio América Latina y el Caribe 2050: En camino a convertirse en un centro global de metales y soluciones bajas en carbono,publicado en 2021, estima que para 2026, la demanda por minerales clave para la transición energética será más del doble que la registrada en 2015.[1] Ese estudio también concluye que América Latina y el Caribe (ALC) tiene una oportunidad de colocarse como un suplidor mundial de metales y soluciones con bajas emisiones de carbono debido a la abundancia de sus recursos minerales. Esto puede significar una serie de beneficios económicos para la región, incluyendo: (i) una mayor recaudación fiscal – estimada en US$50 mil millones anuales al 2050[2], (ii) una mayor generación de nuevos empleos y (iii) una aceleración de la demanda por servicios y capacidades tecnológicas locales.[3]

Sin embargo, es difícil hablar sólo de los beneficios sin delinear las responsabilidades que implica esta oportunidad para la industria minera. La región debe continuar construyendo una minería que minimice su huella ambiental, priorizando tanto el uso eficiente de recursos y la minimización de los pasivos ambientales que genera, como también la gestión de emisiones y la protección de la biodiversidad.[4] Además, puede y debe profundizar en oportunidades de economía circular aplicable a la minería, con la finalidad de reducir la extracción de mineral virgen y aun así suplir adecuadamente los materiales requeridos.

Desde el BID, impulsar la transición energética forma parte del plan de acción  para alinear sus operaciones con el Acuerdo de París para 2023, así como combatir el cambio climático es un pilar clave de la Visión 2025, la hoja de ruta del Grupo BID para impulsar el crecimiento y la recuperación sostenibles en la región. De acuerdo con su nuevo Marco de Política Ambiental y Social (MPAS), el Banco reconoce que los países de ALC son muy vulnerables a los efectos del cambio climático y el impacto de las amenazas naturales, tanto en forma de daños físicos como de pérdidas ambientales, sociales y económicas que suelen concentrarse en las poblaciones más vulnerables.

Como parte de nuestra agenda de investigación sobre minería, publicamos en 2022 el informe Apalancando el Crecimiento de la Demanda en Minerales y Metales por la Transición a una Economía Baja en Carbono.Esa investigación examina el crecimiento de la demanda de distintos metales y minerales críticos para la transición energética al 2050, considerando metas actualmente establecidas por diferentes países. De ahí, el trabajo evalúa las oportunidades y los desafíos económicos, ambientales y sociales que implican el aumento de la demanda y la producción minera en los países de ALC.

Enfoque de la demanda de minerales de los sectores afectados por la transición en el escenario 1.5°C, 2020-2015





Fuente: Elaboración propia con base en resultados del modelo de Vivid Economics, Apalancando el Crecimiento de la Demanda en Minerales y Metales por la Transición a una Economía Baja en Carbono

Los resultados muestran que, desde el lado de la demanda, las empresas de bienes manufacturados están priorizando reducir su impacto ambiental – en respuesta a sus clientes, a inversores y a marcos normativos más exigentes – y presentar soluciones innovadoras.

Más allá, el reporteAmérica Latina y el Caribe 2050, mencionado arriba, evaluó cuatro escenarios de emisiones de alcance 3 – emisiones totales a lo largo de la cadena de valor – del cobre y del hierro, dos minerales donde ALC tiene grandes ventajas comparativas. Todos los escenarios analizados requieren que ALC invierta en tecnología de bajas emisiones de carbono en diferentes grados, ya sea implementando nuevos modelos de negocio, desarrollando nuevas tecnologías y productos y/o aplicando principios de la economía circular.  Así, la región no sólo lograría una transición exitosa hacia una economía baja en carbono y crearía oportunidades para aumentar la resiliencia ante un amplio conjunto de escenarios, sino que también desarrollaría capacidades e infraestructuras claves para aumentar su competitividad a corto, medio y largo plazo.  

Condiciones y áreas que podrías respaldar la transición de la region de ALC a un cento mundial de soluciones y metales bajos en carbono.

Fuente: Adaptado de Urzúa, O,  América Latina y el Caribe 2050: En camino a convertirse en un centro global de metales y soluciones bajas en carbono

Estos dos reportes muestran que los grandes cambios en el modelo energético global implican importantes oportunidades para los países ricos en recursos naturales – como muchos países de nuestra región – y que apoyo a partir de instituciones como el BID puede empujar este esfuerzo a través de apalancar el sector minero para su desarrollo sostenible. Estas oportunidades son importantes y requieren cambios de paradigma, mayor innovación y colaboración entre todos los actores involucrados, incluyendo sector privado y sociedad civil. ALC debe aprovechar el momentum, generando beneficios sociales y económicos sin poner en riesgo el medioambiente.


[1] Inter-American Development Bank, 2021. Latin America and the Caribbean 2050: Becoming a Global Low-Carbon Metals and Solutions Hub

[2] Inter-American Development Bank, 2022. Apalancando el Crecimiento de la Demanda en Minerales y Metales por la Transición a una Economía Baja en Carbono

[3] Como capacidades tecnológicas entendemos los conocimientos y habilidades para adquirir, usar, absorber, adaptar, mejorar y generar nuevas tecnologías.