ARTICULO: 5 de mayo ¿confusión o identidad?
Por: Oscar Müller Creel
mullerod@hotmail.com
De la independencia de México nació país envuelto en un enfrentamiento de corrientes ideológicas y conflictos interno que impedían a los gobiernos consolidarse; esto facilitó la Invasión de Estados Unidos a México que concluyó con la firma Tratado de Guadalupe Hidalgo, el 12 febrero 1848, en el que México cedió a los Estados Unidos las provincias de la Alta California, Nuevo México y Texas.
La derrota frente a Estados Unidos había demostrado la falta de solidaridad y unión entre las fuerzas políticas que dominaban a México que no podía consolidarse debido a la guerras intestinas, que fueron definiendo dos grupos que competían por el poder en México: los liberales que buscaban un Estado laico separado de la Iglesia y los conservadores, que buscaban un Estado en el que se protegiera al poder eclesiástico y los diversos poderes que habían surgido de la guerra de independencia.
Para 1855, los liberales se encontraban al frente del país y se inició la formulación de una nueva constitución que incluyera una declaración de los Derechos del Hombre, esta constitución fue concluida en 1857 y como esta se adaptaba más a los ideales o principios de los grupos liberales, vino una reacción de los conservadores y los conflictos continuaron, debido a todo esto México enfrentaba graves problemas económicos, lo que motivó que el Presidente Juárez declarara la suspensión de pagos a las deudas que México tenía con diversos países; ante esto Inglaterra, España y Francia decidieron aliarse para invadir a México y en enero de 1862, tropas de los tres países tomaron el fuerte de San Juan de Ulúa, en la Ciudad de Veracruz; el gobierno de México negoció con los embajadores a fin de que se suspendieran las acciones de guerra hasta el mes de abril en el que se trataría la forma de pago de la deuda con dichos países; ante estas negociaciones, España e Inglaterra retiraron sus tropas, más no así Francia que tenía otras intenciones, gobernado por Napoleón III dicho país pretendía formar un imperio en América Latina, y fue así que se alió con algunos de los grupos conservadores de México que se oponían al Presidente Juárez y ante esto, Francia procedió a la invasión del país; las tropas conformadas por franceses y conservadores iniciaron el camino hacia la Ciudad de México y el 9 abril 1962 tomaron la ciudad de Orizaba Veracruz y ahí se prepararon para conquistar la ciudad de Puebla, que era la puerta de entrada para la capital del país.
El día 5 mayo 1862 las tropas extranjeras comandadas por el General Charles Ferninand Latrille, Conde de Lorencez, se dirigieron hacia Puebla cuya defensa había sido encargada por el Presidente Benito Juárez al General Ignacio Zaragoza, hombre de experiencia en la guerra y nacido en la Bahía del Espíritu Santo, cuando el territorio de Texas aún pertenecía a México; el general mexicano conociendo el terreno en el que se llevaría a cabo la batalla decidió distribuir las fuerzas en los tres cerros que dominaban la entrada a la ciudad, tras una larga lucha los ejércitos franceses fueron derrotados por un ejército mexicano inferior en número y armamento, pero superior en estrategia y esto les obligó a replegarse a la ciudad de Orizaba y esperar para organizarse mejor y recibir refuerzos de Francia.
La valentía de los mexicanos en la batalla de Puebla permitió dar un respiro de un año al Presidente Benito Juárez para organizar el país, pero para el 10 junio 1863, las tropas francesas lograron ocupar la capital del país e impusieron un imperio encabezado por el duque Maximiliano de Habsburgo, que duró hasta el año 1867, en que las tropas fieles al Presidente Benito Juárez lograron derrotar a los franceses en la ciudad de Querétaro y reinstalar el sistema republicano de gobierno.
A pesar de que la batalla de Puebla no representa el inicio de la guerra de independencia de México, pues ésta última se dio con el objeto de lograr un país con un gobierno propio e independiente de la Monarquía Española que había regido en América Latina desde hacía 300 años y tuvo su inicio el 16 septiembre 1810 y concluyó en 1824; en los Estados Unidos, los compatriotas celebran el cinco de mayo como una fecha crucial para México y en ocasiones se confunde con el inicio de la guerra de independencia.
La explicación a este fenómeno lo podemos encontrar en un interesante estudio realizado por la antropóloga Maríangela Rodríguez, denominado “Tradición, identidad, mito y metáfora, Mexicanos y Chicanos en California”, editado en el 2005.
En ese trabajo se mencionan referencias históricas de los años de 1800, a los festejos de la batalla de Puebla en diversas poblaciones de los territorios que habían pertenecido a México, relata la existencia en 1865, en la ciudad de Los Ángeles, California, de un Club Patriótico Mexicano de Zaragoza; los cantos realizados en 1867 en la población de San Ignacio, Texas, por un guitarrista que exaltaba las glorias de los generales Ignacio Zaragoza de México y Ulises Grant de Estados Unidos; el 17 mayo 1892 el periódico “Dos Repúblicas” realizó una reseña de las fiestas celebradas en nuevo Laredo para conmemorar la batalla contra los franceses.
En las expresiones de esta época se observaba que la referencia a la batalla de Puebla implicaba un llamado emocional del patriotismo y a la nostalgia por México y fue así, como en la cultura de los México norteamericanos se fueron confundiendo las dos fechas: el 5 mayo 1862 y el 16 septiembre 1810, siempre en una celebración de la mexicanidad.
Ya durante el siglo XX, en los años 30, muchos medios de comunicación en el estado de California hacían referencia a los hechos históricos del 5 mayo como un sustento de autodeterminación de nacionalidad; en la ciudad de Los Ángeles, esta celebración se realizaba principalmente en Lincoln Park y la Plaza Olvera, en donde se enarbolaban banderas de Estados Unidos y México, se pronunciaban discursos y se realizaban fiestas populares. En los años 50 y principios de los años 60 ya se observa una confusión histórica definitiva de ambas fechas, así el 6 mayo 1959 el periódico “los Ángeles Times” refirió que más de 5000 angelinos se habían reunido para conmemorar el 5 mayo, día de la independencia y que el Cónsul Mexicano había mencionado en su discurso la necesidad de celebrar el día de la independencia.
De lo analizado se puede deducir que, para los Mexicanos que radican en los Estados Unidos, el 5 mayo es un espacio que recrea el Nacionalismo Cultural Mexicano y la conmemoración de esta fecha ha sido fundamental para darles identidad, para ellos el triunfo de los criollos blancos contra los españoles en la guerra de independencia no les identifica; sin embargo en la batalla de Puebla encontramos una serie de elementos aglutinadores que dan mayor coincidencia al inmigrante mexicano: el triunfo del latino contra el blanco y la presencia de dos héroes de piel morena: el general Ignacio Zaragoza, que a su vez representa en cierta medida la idea del mexicoamericano por haber sido un mexicano nacido en lo que después se convirtió en territorio norteamericano y el Presidente Benito Juárez que representa a un hombre de su propia raza que llegó a gobernar a su país, luchar por él y triunfar en dicha lucha.
Es así, como el festejo del 5 mayo se convierte en una celebración de la identidad latina. Bienvenido sea a este festejo pues ayuda a la unión de los latinos en los Estados Unidos de Norteamérica y a la identidad de una cultura que merece persistir.