Agrofotovoltaica: Una doble oportunidad para Latinoamérica y El Caribe
La producción agrofotovoltaica combina los cultivos y/o crianza de animales debajo de paneles solares montados en el suelo. Al generar energía renovable, conservar el agua y realizar un uso eficiente de recursos, puede coadyuvar a un futuro bajo en carbono y resiliente al cambio climático.
¿Alguna vez se han preguntado si existe conflicto entre la producción agrícola y energética? Pues la verdad es que sí, pero existen soluciones, como la llamada producción agrofotovoltaica (APV).
La APV combina la generación de energía solar fotovoltaica y producción agropecuaria en el mismo terreno. Consiste en la producción de cultivos y/o crianza de animales debajo de paneles solares montados en el suelo. Al generar energía renovable, aumentar la resiliencia agropecuaria, conservar el agua y realizar un uso eficiente de recursos, esta técnica tiene el potencial de apoyar un futuro bajo en carbono y resiliente al cambio climático.
Aunque el concepto es lógico y fue propuesto hace varios años, solamente hace poco tiempo que cuenta con resultados cuantitativos a mediano y largo plazo que han confirmado los beneficios duales de cultivar bajo la sombra que proporcionan los paneles solares, llegándose a identificar una eficiencia de uso de la tierra de hasta un 186%.
Los beneficios incluyen una mayor producción de electricidad, mejora en rendimientos de los cultivos y una menor cantidad de agua utilizada en los mismos.
El sistema APV aumenta la resiliencia climática de los cultivos y los animales, así como también de la infraestructura de los paneles solares.
Se ha determinado que un sistema APV típico reduce la radiación solar en alrededor de un 30%, facilitando una mejor regulación de la temperatura y de la humedad del suelo en invierno y verano, disminuyendo la demanda de agua e incrementando el rendimiento de los cultivos. En cuanto a producción animal, la sombra de los paneles tiene beneficios sobre su bienestar principalmente durante olas de calor y sequías.
Por otro lado, los paneles aumentan la eficiencia de la generación eléctrica, pues se ha observado que la evapotranspiración de los cultivos bajo su superficie reduce la temperatura evitando el sobrecalentamiento. Así mismo, otros estudiosos del tema han destacado mejoras de hasta un 38% en el costo nivelado de la electricidad producida bajo estos sistemas.
De cara a los impactos del cambio climático relacionados a incremento de superficie bajo condiciones de desertificación, y calor extremo, la implementación de sistemas APV pueden contribuir a la seguridad alimentaria de América Latina y el Caribe ya que pueden ser aplicables en regiones áridas con condiciones excepcionalmente cálidas y secas.
Buenos candidatos para la implementación de esta técnica son los cultivos de café, cacao, pimiento, tomate, fresas, vegetales de hoja como lechuga, acelga, espinaca, leguminosas, y zanahorias entre otros. Sin embargo, es importante dejar abierta la puerta para la evaluación de otros cultivos por la baja reducción en radiación total bajo el sistema. En Francia, por ejemplo, ensayos realizados con soja demuestran una diferencia no significativa entre producción bajo sistemas APV en comparación con monocultivos tradicionales. No esta demás resaltar que la altura del montaje de los paneles dependerá de la maquinaria agrícola y labores a emplearse en el sistema productivo; por ejemplo, en monocultivos como en el caso indicado de soja, la altura del montaje alcanza los cinco metros.