Por qué América Latina es “la región más desigual del planeta”
El fenómeno de la desigualdad de América Latina es tan antiguo como el origen de las sociedades del nuevo mundo, ya que, según lo que señala Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, la misma tuvo su primera manifestación con las disputas escenificadas entre colonizadores e indígenas, por la distribución dispareja de la tierra, para labores agrarias, la cual, contribuyó a “la creación de algunas familias muy ricas y muchas familias muy pobres”.
En América Latina la incidencia de la pobreza aun es mayor en zonas rurales, para las personas indígenas y afrodescendientes, señaló la Cepal en su informe de 2019 sobre el panorama social de la región.
Pese a sus avances económicos y sociales de los primeros años de este siglo, América Latina aun es “la región más desigual del planeta”, ha advertido en distintas ocasiones la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), algo que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) respaldó en su informe sobre desarrollo humano 2019, divulgado en diciembre.
El 10% más rico en América Latina concentra una porción de los ingresos mayor que en cualquier otra región (37%), indicó el informe. Y viceversa: el 40% más pobre recibe la menor parte (13%).
“A pesar de haber habido intentos de inclusión, eso todavía permea. Y los países donde menos desigualdad hay son los que no tienen una diversidad étnica y racial tan marcada”, compara, señalando como ejemplos los casos de Argentina, Costa Rica o Uruguay, dice Stiglitz.
Otro factor importante en la expansión de la desigualdad ha sido el surgimiento de
una urbanización sin control, sobre todo a partir de la década de los 80 y en muchas zonas de expansión de las ciudades el Estado brilló por su ausencia a la hora de prestar servicios como educación o salud.
Stiglitz, que ha escrito distintos libros sobre desigualdad, observa también que las economías basadas en recursos naturales como son las latinoamericanas tienden a caracterizarse por la inequidad. Sin embargo, otros países ricos en recursos naturales como Noruega o Australia escapan a los grandes problemas de desigualdad latinoamericanos.
La clave aquí, señalan expertos, es contar con instituciones que permitan manejar de forma más eficiente los ingresos para impulsar el desarrollo y esto también suele escasear en América Latina.
Un último aspecto a destacar es la disparidad en implementación de las políticas fiscales de los gobiernos de la región, en donde ha primado más dirigirlas hacia la clase media, sin tocar a los de más arriba, lo que, según expertos ha sido caldo de cultivo para las grandes protestas escenificadas en diversos países de la región.