Clave para expandir la inversión privada en el sector energético en Latinoamérica y el Caribe
El sector privado es un actor clave en la provisión del financiamiento necesario para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y emisiones cero en el mundo. Sin embargo, diversos riesgos, barreras regulatorias y vacíos de mercado limitan su aporte. En este contexto, el apoyo de los bancos multilaterales, como el BID, desempeña un papel vital a la hora de cerrar estas brechas, fomentar confianza entre los inversores y acelerar la implementación de modelos de negocios innovadores.
¿Cómo facilita el BID la colaboración entre actores?
El trabajo colaborativo del BID junto a los gobiernos nacionales de la región es crucial para desarrollar las bases necesarias para la participación del sector privado en nuevos mercados. Esto incluye subsectores como la geotermia, el almacenamiento energético, el hidrógeno verde y los vehículos eléctricos. Esta colaboración estimula el crecimiento económico, la creación de empleo y la competitividad, al tiempo que aborda los retos medioambientales y promueve soluciones respetuosas con el medio ambiente (BID, 2022).
Específicamente, la División de energía del BID apoya a los países de América Latina y el Caribe en el desarrollo de marcos habilitadores para la participación del sector privado en el sector, una tarea esencial de las instituciones del sector público. La inversión privada en el sector de energía en la región ha sido posible gracias a importantes transformación legales y regulatorias que se han llevado a cabo en las últimas tres décadas. El desarrollo, modernización y ejecución de estos marcos habilitadores es fundamental para la atracción del sector privado.
Un marco habilitador adecuado incluye:
- Emisión de instrumentos de política energética, estrategias y planes de desarrollo sectoriales,
- Marco legal y regulatorio que rige la prestación de los servicios por parte del sector privado en diferentes segmentos de la cadena de valor,
- Actividades de pre-inversión como estudios de prefactibilidad de proyectos y análisis de mercados y
- El desarrollo de esquemas de incentivos y negocio, especialmente para nuevas tecnologías. Esta es una labor comandada desde las instituciones del sector público como lo son ministerios de energía y de economía, agencias de planeación, y organismos reguladores.
Entre enero 2017 y junio 2022, el BID canalizó US$26.5 millones para el desarrollo de marcos habilitadores en una muestra de diez países de la región. Bahamas. Brasil, Chile, Colombia, Haití, Jamaica. México, Panamá, Perú, y Trinidad y Tobago se beneficiaron a través de diferentes intervenciones realizadas principalmente por medio de asistencias técnicas, componentes específicos en préstamos de inversión y por préstamos de política. Dentro de estas intervenciones, destaca el apoyo para la modernización y mejora de los marcos regulatorios y el desarrollo de nuevos modelos de negocio para habilitar nuevas tecnologías como las energías renovables y la movilidad eléctrica.
El desarrollo rápido de estas y otras tecnologías requiere que los marcos sean adaptados con igual velocidad. También se destaca el apoyo a fortalecimiento institucional para ejercer funciones claves como la definición de política energética, formulación de los planes de inversión y la ejecución de la regulación.
Entre las intervenciones de modernización de marcos regulatorios y de política más relevantes se pueden mencionar:
- En Colombia, el Banco apoyó al ministerio de energía en el desarrollo de la hoja de ruta de la transición energética, así como en el desarrollo de esquemas de contratación por medio de subastas para energías renovables. Se han desplegado inversiones en energía renovable en Colombia incluyendo la financiación de BID Invest de los proyectos resultantes de las subastas.
- En Chile, el Banco apoyó al ministerio de energía en el desarrollo del marco habilitador para el desplegado de infraestructura de carga de vehículos eléctricos por medio de la emisión de regulaciones que rigen y habilitan la prestación de este nuevo servicio. Chile es uno de los países donde la movilidad eléctrica ha despegado más en la región y ha habilitado la inversión privada en estaciones de carga y buses eléctricos, algunos de ellos financiados por BID Invest.
- En Barbados, el Banco apoyó por medio de diálogo y asistencia técnica en el desarrollo del marco habilitador para el desarrollo de generación renovable distribuida por medio de un esquema de tarifas de suministro (feed-in-tariff). La totalidad de capacidad que se hizo disponible para inversión del sector privado por medio de este mecanismo fue rápidamente suscrita y en desarrollo por el sector privado.
- En México, el BID apoyó el proceso de reforma que abrió a la inversión privada la generación de energía renovable por medio de subastas. La reforma logró en muy pocos años instalar más de 6GW de energía renovable que es varias veces más de lo instalado en los últimos 30 años. Se lograron precios récord en el mundo de energía eólica.
- En Haití, el Banco trabajó con otros donantes para definir el esquema de concesiones para que el sector privado pueda participar en proveer servicios de acceso de electricidad a poblaciones aisladas no conectadas a la red con energías renovables.
- En Jamaica, la división apoyó al ministerio de energía y finanzas en la elaboración de incentivos fiscales para la adopción de vehículos eléctricos. Esto ha permitido que, por primera vez, y de manera amplia, los importadores privados ingresen de manera consistente vehículos eléctricos al país cuándo sólo circulaban unos cuantos antes de la emisión de estos incentivos.
- En Colombia, Chile, Paraguay, y Uruguay el Banco apoyó a los países en la emisión de sus políticas y estrategias de hidrógeno verde. Estas estrategias son fundamentales para definir los retos y oportunidades en su desarrollo y definen los mecanismos de participación del sector público y privado que serán esenciales para el desarrollo de esta nueva tecnología.
El trabajo conjunto del BID y los gobiernos locales de la región ha sido clave para fomentar inversiones privadas en tecnologías nuevas y limpias. Estas inversiones son la clave para un futuro sostenible y respetuoso con el medio ambiente y que mitigue los efectos adversos del cambio climático. Al desarrollar marcos regulatorios habilitadores que incentiven la participación del sector privado, es posible desbloquear el potencial de las energías renovables, el transporte no contaminante, y las infraestructuras eficientes. La colaboración entre el BID y los gobiernos de la región no solo allana el camino para avances innovadores, sino que también impulsa el crecimiento económico, la creación de empleo y la competitividad. Redoblar estos esfuerzos colectivos y asociaciones estratégicas, permitirán alcanzar las metas de desarrollo sustentable y emisiones cero declaradas por lo países de Latinoamérica y el Caribe.