Impacto del covid-19 en el empleo en América Latina y el Caribe

Estamos ante una situación mundial sin precedentes. El coronavirus covid-19 ha venido a estremecer los sistemas de salud, las economías, e incluso las relaciones humanas. Tal como lo confirma el Foro Económico Mundial en su reporte más reciente sobre los riesgos globales, una pandemia no era la situación más previsible por el liderazgo global.

Los retos que nos ha puesto enfrente la actual pandemia se traducen a que el mundo haga un re-pensamiento de esos riesgos silentes. Hoy, es una pandemia que impacta primero el sector salud, pero los impactos llegan a otros sectores. Todos nos hemos dado cuenta ya, que esta pandemia ha impactado e impactará el sector laboral. ¿Cuántas personas han pedido su fuente de ingreso?, ¿cuántos han tenido que reinventar su negocio?, ¿cuántos han visto sus ingresos ir en picada?

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha realizado un estudio sobre cómo la situación del covid-19 afectará el empleo en América Latina. Se han planteado tres distintos escenarios, cada uno en función de la duración de la pandemia. Sin embargo, aún en el caso más optimista, suponiendo que la pandemia verá su fin a finales de 2020, el “crecimiento” económico de la región será en números negativos. Este planteamiento es similar al hecho por el Banco Mundial que ha pronosticado que todos los países latinoamericanos, a excepción de República Dominicana y Guyana, mostrarían un crecimiento negativo debido covid-19

Impacto del coronavirus en el empleo en América Latina
El empleo en la región de Latinoamérica y el Caribe tiene particularidades que hacen que el impacto en el mercado laboral sea fuerte. Por ejemplo, muchísimas personas han experimentado el teletrabajo por primera vez y de manera acelerada. Para algunos la transición y la curva de aprendizaje puede ser difícil, lo que resulta en una inversión en mayor que la ganancia. Además, es conocido que muchos países de Latinoamérica tienen un bajo porcentaje de conectividad, lo que no garantiza que el teletrabajo sea un suplemento óptimo para el shock en el mercado laboral.

También, América Latina tiene un alto nivel de informalidad que implica mayores riesgos para la sostenibilidad del empleo. A diferencia del impacto en los empleos que podría tener el coronavirus en Europa y en Asia, la informalidad en Latinoamérica tiene una proporcionalidad mayor. De manera clara, más de la mitad de los empleos en la región son informales. Esta informalidad genera un problema en dos dimensiones. Por un lado, la informalidad se relaciona con menor capacidad de ahorro y previsión financiera, ya que depende de la economía diaria. Por otro lado, la informalidad genera un sub-registro estadístico que dificulta la acción de gobierno para focalizar políticas públicas en este sector.

El estudio del BID busca estimar cuántos empleos podrían perderse de acuerdo al escenario macroeconómico. El estudio establece que dependiendo de los esquemas de cuarentena y algunos factores de la economía global, los países pueden tener una crisis de empleo de corto plazo, una crisis de empleo de largo plazo, o una recesión económica prolongada.

El pronóstico de los empleos para Latinoamérica si llegase a ocurrir una recesión prolongada no es halagüeño. Si la pandemia del covid-19 se extendiera hasta más allá de la segunda mitad de 2021 significa una regresión de 20 años en materia de la formalidad del empleo. Se pasaría de un 55% de informalidad a un 62%, que era la disminución que se había logrado desde principios del milenio.

Para la región , en una recesión prolongada producida por el coronavirus se estima podrían destruirse 17 millones de empleos formales. En algunos países, el que la situación de cuarentena y distanciamiento social provoque una recesión prolongada, significa un decrecimiento por arriba de los 20 puntos porcentuales. Países como Belice, Costa Rica, El Salvador y Uruguay podrían tener un decrecimiento del empleo de hasta -25,9%.