BID: Un 32% de la población de América Latina y el Caribe no accede a servicios de internet
Un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo junto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y Microsoft llamado “Conectividad Rural en América Latina y el Caribe – Un puente al desarrollo sostenible en tiempos de pandemia” arrojó que al menos 77 millones de personas sin acceso a internet de calidad en zonas rurales.
El estudio, que concentró su trabajo en 24 países latinoamericanos y caribeños y ofrece un completo panorama sobre la situación de la conectividad rural en la región, revela que un 71% de la población urbana de América Latina y el Caribe cuenta con opciones de conectividad, ante menos de un 37% en la ruralidad, una brecha de 34 puntos porcentuales que mina un inmenso potencial social, económico y productivo.
En total, un 32% de la población de América Latina y el Caribe, o 244 millones de personas, no accede a servicios de internet.
La brecha en materia de conectividad es más acentuada si se distingue entre población urbana y rural, llegando en algunos casos a una diferencia de 40 puntos porcentuales. Del total de personas sin acceso a internet en la región, 46 millones viven en territorios rurales.
La investigación constató grandes limitaciones en los datos estadísticos oficiales disponibles, lo que impide mostrar con mayor precisión el estado real de la situación de conectividad en los territorios rurales de las Américas: sólo el 50% de los países de la región cuenta con mediciones específicas sobre conectividad en el ámbito rural.
La estimación realizada permitió caracterizar la situación de la región mediante tres clústeres de 24 países, en los que todos exhiben rezagos de conectividad, presentes en las áreas rurales desde hace décadas:
Clúster de alta conectividad significativa rural: Incluye a Bahamas, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y Panamá, que representan a 37% de la población rural de la muestra.
Clúster de nivel medio de conectividad: Incluye a Argentina, Ecuador, México, Paraguay, República Dominicana, Trinidad y Tobago y Uruguay, que representan a un 35% de la población rural de la muestra.
Clúster de baja conectividad: Incluye a Belice, Bolivia, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Perú y Venezuela, que representan a un 28% de la población rural de la muestra.
La investigación reveló que los rezagos más importantes en materia de conectividad se dan debido a la baja frecuencia de internet, con un promedio de solo 10% de la población rural (o 21% si se excluye a Brasil) que utiliza diariamente la red mundial de computadores. Le sigue en importancia la escasa disponibilidad de banda ancha, con un promedio de 16,6% de la población rural que accede a este servicio.
“La falta de conectividad no solo impone una barrera tecnológica. Constituye también una barrera en el acceso a la salud, a la educación, a servicios sociales, al trabajo y a la economía en general. Si no la cerramos, esa barrera cada vez será más alta y tornará aún más desigual a la región que ya es la más desigual del mundo”, señaló por su parte Marcelo Cabrol, Gerente del Área Social del BID.
En tanto, Luciano Braverman, Director de Educación de Microsoft Latinoamérica, indicó: “Desde Microsoft sabemos que una población conectada tiene muchas oportunidades para trabajar y generar ingresos, acceder a conocimientos e información que alimenten ese trabajo, a servicios de salud por telemedicina y a contenidos de educación en línea. Es especialmente importante subrayar el impacto positivo y de gran magnitud social y productiva que tendría una conectividad plena en las áreas rurales. Por eso priorizamos esfuerzos por conectar al campo en América Latina y el Caribe”.
Según datos citados en el reporte, un aumento del 1% en la penetración de la banda ancha fija produce un incremento del 0,08% del PIB, mientras que un aumento del 1% en la penetración de la banda ancha móvil produce un incremento del 0,15% del PIB.
Además, en relación con procesos de digitalización, se estima que un aumento del 1% en el índice de desarrollo del ecosistema digital da lugar a una expansión del 0,13% del PIB per cápita, con sus consecuentes impactos positivos en la productividad.