Ayudar a las pymes a enfrentar la crisis derivada de la COVID-19
Las pymes desempeñan una función crucial en la economía mundial, en particular en los países en desarrollo. En muchos de ellos, más del 90 % del total de empresas son pymes, por lo general con menos de 250 empleados, y una gran proporción de estas pueden clasificarse como microempresas, con menos de 10 empleados, según la Organización Mundial del Trabajo (OIT). Si bien la mayoría de las empresas de todo el mundo experimentan dificultades en el contexto de la COVID-19, las pymes son particularmente frágiles y tal vez carezcan del efectivo suficiente para sostener sus operaciones. Los datos recientes muestran que el 58 % de las pymes activas experimentó una reducción en las ventas en relación con el mismo mes del año pasado. Más de la mitad (el 51 %) informó caídas en las ventas que superan el 50 %, y muchas de ellas no han sobrevivido.Imagen
Fuentes: Informe Global State of Small Business Report: Wave III Update publicado por Facebook y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y el Banco Mundial.Nota: La oleada III se llevó adelante entre el 24 y el 30 de julio de 2020 y refleja las opiniones de más de 25 000 propietarios, gerentes y empleados de empresas de más de 50 países. La oleada I de la encuesta se realizó entre el 28 y el 31 de mayo de 2020, y la oleada II, del 24 al 30 de junio de 2020.
Las autoridades han adoptado diversas medidas para aliviar las presiones generadas por la pandemia, entre las que figuran la postergación del pago de impuestos o de contribuciones a la seguridad social, la extensión de los plazos para presentar declaraciones impositivas, la reducción de tasas, la exención o cancelación de pagos tributarios, la condonación de los intereses o de las penalidades por pago atrasado y el procesamiento rápido de los reembolsos.
Si bien la mayor parte de las medidas normativas y tributarias son aplicables a todo tipo de empresas, algunas están específicamente dirigidas a las pymes y podrían ofrecer un alivio significativo a los problemas de liquidez a corto plazo , así como reducir la carga que supone el cumplimiento. Por ejemplo, Corea del Sur bajó el impuesto sobre la renta de las sociedades para las pymes de zonas consideradas de desastre y recortó el impuesto al valor agregado (IVA) de las empresas pequeñas elevando el umbral para el registro en el IVA. Hungría, por su parte, aceleró los reembolsos del IVA a las pymes de modo que puedan recibirlos a los 30 días de presentar la solicitud en lugar de a los 75. En Nueva Zelandia, el umbral para el pago de un impuesto provisional se elevó a los NZD 5000 (5000 dólares neozelandeses) a fin de reducir la presión sobre el flujo de caja de las empresas pequeñas. Italia implementó 278 medidas entre el 5 de marzo y el 22 de abril referidas a seis áreas generales, entre las que se incluyen el alivio tributario y disposiciones sobre financiamiento con las que se busca respaldar a las pymes y su fuerza laboral.
A pesar de estos esfuerzos, y aunque muchas economías están reabriéndose, algunas enfrentan una segunda ola de la pandemia. Asimismo, numerosas empresas siguen teniendo dificultades para generar rentabilidad y podrían correr riesgo de insolvencia. Es fundamental llevar adelante una planificación estratégica tanto en lo que respecta a la política tributaria como a la administración fiscal para ayudar a las empresas a recuperarse, en particular a las pymes.
Muchos Gobiernos han adoptado medidas normativas decisivas para ayudar a las pymes a largo plazo. Chile, por ejemplo, redujo la tasa del impuesto sobre la renta de las sociedades del 25 % al 12,5 % para las pymes en los ejercicios de 2020, 2021 y 2022. En Japón, en el caso de las pymes, la carga del impuesto a los activos fijos y el impuesto a la planificación urbana que se cobra sobre los activos amortizables y los edificios de las empresas se rebajó a la mitad o a cero durante un año del período impositivo para 2021. Australia extendió hasta el 31 de marzo de 2021 el subsidio del 50 % a los salarios otorgado a las pymes elegibles, y amplió el alcance de este beneficio para incluir más empresas medianas, con menos de 200 empleados.
El ámbito de la administración tributaria ofrece margen para incrementar el apoyo a las empresas pequeñas. Por ejemplo, la pandemia ha generado demanda de servicios de administración electrónica. A la vez que aceleran la disponibilidad de los servicios electrónicos para los contribuyentes, las autoridades podrían invertir en infraestructura informática a fin de posibilitar una mayor automatización e incrementar las capacidades digitales y de gestión de riesgos. Asimismo, muchos países han introducido enmiendas o nuevas cláusulas en leyes y regulaciones ya existentes con el objetivo de respaldar a las pymes (como Guinea Ecuatorial y Chile); esto requerirá que los Gobiernos se comuniquen de manera eficaz con las empresas para que puedan maximizar los beneficios de estas normas. El Servicio de Impuestos de Georgia brinda asistencia a través de una línea telefónica directa establecida durante la pandemia para responder todas las preguntas referidas al estado de emergencia y las nuevas normas. Lituania, por su parte, ofrece apoyo a personas y empresas que hayan tenido dificultades financieras debido a la COVID-19: se aplica el principio de “ventanilla única” a las solicitudes recibidas por el organismo de administración tributaria o la Junta Estatal del Fondo de Seguro Social (SODRA).
La autoridad tributaria también puede asumir nuevas responsabilidades para apoyar las medidas más generales adoptadas por el Gobierno y contribuir a abordar el impacto de la pandemia de COVID-19. El Gobierno israelí ha dado subvenciones a las pymes para que logren cubrir los costos fijos que no pueden reducirse, y la Autoridad Tributaria Israelí participó desde un inicio en el diseño de esta política, utilizando los datos disponibles en sus sistemas. Específicamente, el modelo divide a las empresas pequeñas en tres grupos (en función del volumen de negocios registrado en 2019) y establece una “clave de asignación” para determinar las tasas de compensación de los distintos grupos. De este modo, se fortaleció el sistema de subvenciones y se garantizó una implementación sin inconvenientes.
Dado que los organismos de administración tributaria tienen acceso a los datos de una enorme cantidad de contribuyentes, tienen capacidad para procesar y analizar información estadística que puede resultar útil para diseñar medidas económicas dirigidas a sectores específicos. En Portugal, la autoridad tributaria brinda información sobre los contribuyentes a otros organismos gubernamentales para ayudarlos a identificar a quienes cumplen las condiciones para recibir subsidios. También ayuda a otras entidades a evaluar las mermas en los ingresos de los contribuyentes para que puedan beneficiarse de la reducción en el pago de los alquileres, cuando corresponda. Este tipo de colaboración entre distintos organismos gubernamentales y el intercambio de información interna puede respaldar estos procesos. No obstante, cabe mencionar que el ente de administración tributaria debe considerar los riesgos vinculados con la protección de los datos y la privacidad, y debe consultar con las autoridades pertinentes de esta área acerca del intercambio de datos de terceros.
Al mismo tiempo, las autoridades fiscales deben también monitorear y analizar continuamente el impacto duradero de la crisis. Las economías están mostrando caídas abruptas en los ingresos fiscales debido a la desaceleración del crecimiento económico y a la aplicación de políticas tributarias tales como el aplazamiento de los pagos o la reducción de las tasas impositivas. A corto plazo, estas políticas podrían ayudar a las empresas a resolver sus problemas de flujo de efectivo y a sobrevivir, pero es posible que a mediano y largo plazo las autoridades deban elevar cuidadosamente los ingresos fiscales para allanar el camino a la recuperación y mejorar la resiliencia de la economía. Puede también cambiarse el enfoque, de modo de dejar de lado el suministro de asistencia para centrarse en el fortalecimiento de la capacidad con miras a adaptar la economía a las nuevas demandas que surjan tras la pandemia. Quizás sea necesario, además, reconsiderar la estructura tributaria actual, rediseñar las políticas fiscales y ampliar el sistema tributario digitalizado.
Con el apoyo adecuado, las pymes podrían impulsar significativamente la recuperación económica. Los Gobiernos pueden aprovechar esta oportunidad (y propiciar la sostenibilidad fiscal a largo plazo) con las iniciativas tributarias adecuadas. Las autoridades impositivas, en especial en los países en desarrollo donde el sector informal es más grande, pueden desempeñar una función importante evaluando y monitoreando las necesidades y los desafíos de las pymes, y brindándoles el apoyo que necesitan.