Vivir y cotizar en Andorra, ¿es en realidad tan rentable?
Mucho se viene hablando de la mudanza de ciertos colectivos a Andorra en busca de mejores condiciones, pero, ¿se sabe cuáles son los requisitos para vivir de forma legal y poder cotizar en el país pirenaico?
En realidad, a pesar de la fama que se le ha impuesto, Andorra es un país donde los requisitos para conseguir la residencia no son tan sencillos de cumplir y que, aunque en muchos casos los impuestos por los que se cotiza son menores, para conseguir beneficiarse hay que invertir en otros muchos conceptos.
“Desde el 1 de enero llevamos gestionados 38 casos, 32 empresarios con residencia activa y 6 casos de pasivos” cuentan desde Andorra Solutions, una gestoría y asesoría fiscal en Andorra experta en este tipo de trámites.
Vivir en Andorra, paso a paso
Para empezar, quien quiera trasladar su residencia al país vecino debe solicitar un visado que deje claro cuál será su tipo de residencia. En este sentido, hay dos: activa y pasiva.
El visado para residencia activa (cuyos trámites cuestan a partir de 750 euros) permite realizar actividad empresarial en Andorra. Pero, para ello, hay que cumplir con una serie de requisitos entre los que se encuentran el traslado de la residencia permanente y la residencia fiscal. Esto significaría vivir en el Principado 183 días al año bien en una vivienda en alquiler (firmando un contrato mínimo de 5 años, contratando un seguro de vivienda y dando de alta los servicios básicos como agua y electricidad, que se domiciliarían en su cuenta bancaria en Andorra) o propiedad.
La residencia activa solamente se puede iniciar después de crear una empresa en Andorra o participar en una existente al menos con el 21% de sus acciones – en ambos casos, además, como administrador de la misma – y, algo que poco se cuenta: dejar una fianza de 15000 euros en la AFA (Autoridad Financiera Andorrana).
La creación de una sociedad en el país vecino puede alcanzar los 6000 euros en honorarios, entre los que se incluyen los gastos de notaría y de gobierno y que se suman a los 3000 euros necesarios de capital social. “Esto significaría llegar a Andorra con una liquidez mínima de 23.000 euros para poder optar a ser residente activo” explican desde la gestoría.
En el caso de la residencia pasiva, el precio de su tramitación parte de los 2400€. Comentan desde la gestoría que “está más dirigida a personas dispuestas a invertir en Andorra sin trabajar aquí, empresarios con intereses económicos fuera de Andorra y personalidades con un perfil especial de reconocimiento internacional como deportistas de élite, científicos, etc.”.
Más allá de vivir en su territorio un mínimo de 90 días, es necesario contar también con una vivienda en alquiler o propiedad, tener un seguro privado con cobertura en el país y dejar una fianza a la AFA de 50.000 euros, sumando 10.000 por cada miembro de la familia con el que también se conviva.
Pero, volviendo a la inversión, será necesario hacer una inversión de 350.000 euros en Andorra (puede ser en un inmueble o vehículo de inversión) y tener ingresos mínimos que le permitan vivir con tranquilidad, cuyo valor representaría el 300% del salario mínimo andorrano y el 100% del salario mínimo por cada familiar conviviente.
En ambos casos, además, a estos requisitos financieros, primordialmente, hay que sumar otros como el reconocimiento médico, la declaración de impuestos y registros financieros que soporten la inversión y la apertura de una cuenta bancaria en Andorra con la debida revisión por parte de la entidad bancaria del origen de los fondos. Es obligatorio, de hecho, que el cliente esté en persona para la entrevista en el banco. Y esto es solo el comienzo.
Todo esto para poder beneficiarse de los principales atractivos en forma de la baja carga fiscal: El IGI (IVA andorrano) es del 4.5%. El IRPF es 0 para rentas de 24.000 euros o menos al año, se aplica un 5% sobre los ingresos entre 24.000 y 40.000 euros y 10% a partir de los 40.000 euros. El impuesto de Sociedades es como mucho el 10% sobre las ganancias obtenidas al año. Y además no existe impuesto de sucesiones y donaciones.
En conclusión, vivir en Andorra puede resultar rentable, pero previamente, hay que invertir en ello.