Acciones para promover ciudades saludables que contribuyan al bienestar de los ciudadanos
El acelerado proceso urbanización experimentado en las últimas décadas en América Latina y el Caribe ha ofrecido nuevas oportunidades para millones de personas, pero también ha ocasionado serios problemas, principalmente causados por la ausencia de una adecuada planificación urbana y de una inadecuada provisión de servicios de infraestructura y vivienda.
Frente a la necesidad de promover una vida más saludable y espacios urbanos ordenados que fomenten el bienestar y las interacciones sociales, CAF -banco de desarrollo de América Latina- publicó la Guía para ciudades más saludables, que contiene marcos conceptuales, recomendaciones y ejemplos prácticos para lograr una vida más saludable en las ciudades a partir del trabajo conjunto entre la agenda de planificación urbana y salud, de acuerdo con las mejores prácticas disponibles en el ámbito internacional.
Según la publicación, definir o construir una ciudad más saludable requiere de políticas públicas que favorezcan el acceso a un aire limpio, libre de ruidos molestos y con la infraestructura adecuada; que provean las condiciones ambientales y sanitarias básicas y seguras; y que estimulen la actividad física, recreativa y de cuidados, fundamentales para fomentar la salud física y mental de la población.
En este sentido, la guía destaca cinco principios para que las ciudades sean más saludables:
- Asegurar y preservar la calidad del soporte natural.
- Prever infraestructura eficiente y equitativa.
- Favorecer y estimular la actividad física.
- Facilitar el acceso a alimentos saludables.
- Proveer acceso equitativo y universal a los servicios de salud.
“En las ciudades pueden surgir las soluciones para enfrentar conflictos ambientales, sociales o económicos gracias al contacto cercano con la población. En este sentido, los gobiernos locales tienen un papel fundamental a la hora de impulsar espacios urbanos inclusivos, resilientes y seguros, y de promover una visión de la ciudad basada en el cuidado de sus habitantes”, dice Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica de CAF.
La guía identifica, entre las prácticas más contemporáneas y reconocidas por su efectividad, proyectos y acciones que conciernen específicamente a: los activos ambientales urbanos; los instrumentos para planificar el suelo; la importancia del diseño de la forma urbana y del diseño de calidad en general; todas las acciones para dotar a las ciudades de espacios públicos de calidad y espacios verdes (públicos y privados); y el cambio en la concepción de la movilidad de personas y bienes en lugar de la circulación de vehículos.
La publicación también recomienda que la planificación de las ciudades sea integral, favoreciendo el crecimiento económico y la inclusión social, y que se implementen políticas que promuevan el acceso a la salud e incorporen las necesidades de toda la población, no como un conjunto homogéneo de personas, sino a través del reconocimiento de sus diferencias.