Alicia Bárcena: Recuperación sostenible con igualdad requiere de mayor liquidez
La recuperación sostenible con igualdad requiere acceso equitativo a las vacunas, mayor liquidez y reformas en la arquitectura financiera internacional que aseguren la inclusión de todos los países en vías de desarrollo independientemente de su ingreso, subrayó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó en el plenario del Consejo Económico y Social de Argentina sobre una nueva arquitectura financiera internacional.
Durante su presentación, la máxima representante de la Cepal subrayó que América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada por la pandemia. Precisó que la región representa el 8.4% de la población mundial y, sin embargo, concentra 30% de las muertes por covid-19. Además, sufre la peor contracción del PIB en 120 años, con una caída de 7.7% en 2020.
Añadió que la pandemia magnificó las brechas estructurales de la región en materia de desigualdad, espacio fiscal limitado, baja productividad, informalidad y fragmentación de los sistemas de protección social y salud.
Alicia Bárcena resaltó que los países han invertido 4.3% del PIB en medidas fiscales, sin embargo, América Latina y el Caribe sigue siendo la región más endeudada del mundo en desarrollo (79% del PIB) con el mayor servicio de la deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios (57%).
Subrayó que la política de gasto público a través de transferencias impulsada por los países fue el principal instrumento para mitigar los impactos sociales y económicos de la pandemia. Citó como ejemplo el caso de América del Sur, donde el gasto total creció de 24.1% a 27.8%. Si no se hubieran tomado medidas, el impacto social de la pandemia habría sido peor, advirtió.
La Secretaria Ejecutiva de la Cepal agregó que el aumento generalizado del endeudamiento, en gran parte por la caída del PIB, ha disparado las necesidades de financiamiento en la región.
Asimismo, instó a fortalecer la posición externa para mejorar el riesgo crediticio. Precisó que más de la mitad de las economías de la región tiene una clasificación crediticia de alto riesgo, según las tres principales agencias de calificación crediticia (Moody’s, Standard and Poor y Fitch).
Alicia Bárcena subrayó que la emisión de derechos especiales de giro (DEGs) es bienvenida, pero advirtió que no es la panacea y que su distribución es desigual. Puntualizó que a las economías en desarrollo se les asignaría aproximadamente un 40% de la nueva emisión, y el resto iría a los países desarrollados. En el caso de América Latina y el Caribe, la región recibiría cerca del 8% del total, alrededor de 73 mil millones de dólares.
Precisó que cubrir las necesidades de financiamiento requiere ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados a los países en desarrollo, y destacó que una nueva emisión y reasignación de los DEGs debe formar parte de una reforma más amplia de la arquitectura financiera internacional.
Para ello, se debe complementar la liquidez generada por los DEGs mediante la creación de fondos multilaterales y mayor cooperación regional; impulsar una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral con un mecanismo de reestructuración de deuda soberana con los inversores privados y una agencia multilateral de calificación crediticia para contrarrestar las evaluaciones de crédito por parte de agencias privadas; y potenciar la implementación de instrumentos innovadores para aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo.
“Se debe integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda en una estrategia de financiamiento para el desarrollo encaminada a construir un futuro mejor”, afirmó Alicia Bárcena.
Durante su presentación, la máxima representante de la Cepal enumeró las cinco acciones de política propuestas por el organismo para abordar las necesidades de liquidez, los desafíos de la deuda y la década de acción: ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo; analizar con mayor profundidad la deuda a través de alivios y revisión de plazos de repago y tasas; mejorar la capacidad crediticia y de respuesta de la banca de desarrollo multilateral, regional y nacional; reforma institucional de la arquitectura multilateral de la deuda, incluidas las agencias de calificación crediticia; y ampliar la caja de herramientas de instrumentos innovadores para mejorar la capacidad de repago de la deuda y vincular al crecimiento, la sostenibilidad y la inclusión social.
Finalmente, mencionó las seis propuestas de la Cepal para conectar la emergencia con la recuperación: acceso a la vacuna, universalizar la vacunación y liberar patentes; extender ingresos de emergencia por 12 meses a población vulnerable equivalentes a una línea de pobreza y garantías a mipymes; una canasta básica digital a 40 millones de hogares; reforma más amplia de la arquitectura financiera internacional (incluyente de todos independiente de su ingreso per cápita); reorientar inversión y financiamiento a acción climática que genere empleo y crecimiento, y pactos políticos, sociales y fiscales y nuevas coaliciones para lograr bienestar y protección social universal.