China pone en la mira a América Latina para fusiones y adquisiciones de empresas
Las compañías chinas centran cada vez más su atención en América Latina, donde años de incertidumbre política y social han llevado a otras empresas extranjeras a retirarse.
En un año difícil para las empresas chinas en busca de adquisiciones en el extranjero, América Latina surgió como una región donde fue posible concretar la unión de algunas empresas.
Las adquisiciones en el extranjero por parte de empresas chinas están encaminadas a registrar su cuarta caída anual consecutiva, con un total de 31,100 millones de dólares, el monto más bajo desde 2007, según datos compilados por Bloomberg. Dentro de esta cifra, las transacciones en América Latina totalizaron 7,700 millones, más que Europa y América del Norte juntas.
Los compradores chinos se han enfrentado este año a un mayor escrutinio en Europa y Estados Unidos, donde la pandemia dejó a sus industrias estratégicas vulnerables a adquisiciones hostiles, lo que se suma a las preocupaciones sobre la seguridad nacional. En este contexto, las empresas chinas centraron su atención en América Latina, donde años de incertidumbre política y social han llevado a otras compañías extranjeras a retirarse.
“Eso abrió una ventana de oportunidades únicas en la vida para los inversionistas estratégicos a largo plazo de China”, dice Alfredo Arahuetes, profesor de economía internacional en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. “Los compradores chinos están encontrando buenos activos a precios bastante convenientes. Y esta tendencia probablemente continuará en los próximos años”.
El mes pasado, la eléctrica china State Grid alcanzó un acuerdo para adquirir el control de una empresa de redes eléctricas en Chile. La operación —valorada en 4,300 millones de euros, incluida deuda— fue la mayor adquisición china de una empresa extranjera en el año. State Grid también completó la compra de los activos de Sempra Energy en Chile a principios de 2020.
En México, la estatal China Power Investment compró la mayor compañía independiente de energía renovable del país, Zuma Energía. Otro gigante energético estatal, China Three Gorges, había adquirido anteriormente las operaciones de Sempra en Perú por casi 3,600 millones de dólares.
Las empresas chinas tienen la potencia de fuego para invertir en importantes empresas latinoamericanas que requieren grandes cantidades de gasto de capital, afirma Antony Hung, responsable de la región Asia-Pacífico de Banco Santander. “Las compañías chinas ven las fusiones y adquisiciones en América Latina como el comienzo de un proceso mucho más grande”, añade. “El verdadero juego final es invertir en esos activos y aumentar el valor para todos los interesados a largo plazo”.
Activos trofeo
En Europa, los compradores chinos solo anunciaron adquisiciones por 3,500 millones de dólares en este año, una caída de 71% con respecto a 2019, según datos recopilados por Bloomberg. España y Portugal se encuentran entre los pocos mercados que aún aceptan sus inversiones. Three Gorges compró en agosto 13 activos de parques solares españoles propiedad de X-Elio Energy.
“Las perspectivas para los acuerdos extranjeros de China en España, Portugal y América Latina siguen siendo positivas para 2021 y los años siguientes”, señala Megan Peng, directora de finanzas corporativas en Asia de BBVA. “Todavía hay compañías interesantes disponibles, incluidos algunos grandes activos trofeo”.
Las empresas chinas que luchan contra las tensiones geopolíticas en el extranjero también sienten la presión de Pekín para que reduzcan sus ambiciones. Las autoridades gubernamentales han tomado medidas enérgicas contra ciertos tipos de acuerdos debido a preocupaciones sobre las salidas de capital y las cargas excesivas de deuda corporativa.
De hecho, el volumen de adquisiciones chinas de empresas extranjeras este año está lejos del máximo alcanzado en 2016, cuando China National Chemical acordó comprar al fabricante suizo de agroquímicos Syngenta por 43,000 millones de dólares. Conglomerados como HNA Group y Anbang Insurance Group fueron algunas de las empresas que terminaron desplegando sus carteras bajo la supervisión del gobierno, después de pagar altos precios por todo tipo de activos, desde propiedades de lujo hasta participaciones en empresas como Deutsche Bank.
“Los inversionistas chinos se han convertido en compradores muy inteligentes”, comenta Arahuetes, de la Universidad Pontificia de Comillas. “Ya no compran activos que no tienen sentido estratégico en múltiplos muy altos. Ahora están enfocados en construir su presencia internacional en ciertos mercados, como América Latina y España, y en industrias clave como la energía y la infraestructura”.