Claves para Impulsar el Financiamiento Climático en América Latina y el Caribe
El cambio climático es uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, y enfrentarlo requiere no solo voluntad política, sino también una adecuada cohesión de la planificación de las medidas de acción y los instrumentos de finanzas públicas y política fiscal que podrían ayudar a catalizar las inversiones requeridas.
Una herramienta útil para planificar y dimensionar esfuerzos y necesidades en temas de financiamiento climático e instrumentos financieros son las estrategias financieras climáticas. De hecho, estas estrategias están siendo adoptadas de forma creciente a nivel global, y en América Latina y el Caribe donde el 75% de los países ya cuenta con una o la está desarrollando. La mayoría de estas estrategias responden a la necesidad de cumplir con los objetivos climáticos del país, definidos en las NDCs y las Estrategias de Largo Plazo, dos instrumentos clave de planificación climática del Acuerdo de París, que están siendo actualizados y alineados de cara a la COP30 en Brasil el próximo año.
¿Cuáles son los beneficios de contar con una y cómo podemos hacerlas más efectivas? Un estudio para la Plataforma Regional de Cambio Climático de los Ministerios de Hacienda, Economía y Finanzas desarrollado por la Plataforma 2050 y el BID, arroja luz sobre este tema con la publicación “Estrategias Financieras Climáticas: Análisis de Experiencias Internacionales”. Aquí te presentamos 10 conclusiones y recomendaciones clave que pueden moldear el futuro del financiamiento climático en la región.
1. No reinventes la rueda, pero personaliza tu estrategia. En general, las estrategias financieras climáticas en la región comparten una estructura común, pero el nivel de detalle y granularidad de la información es muy heterogéneo entre países: líneas de tiempo, objetivos, departamentos responsables, etc. La recomendación: adapta tu estrategia a las necesidades específicas de tu país, basándote en diagnósticos sólidos y consultas amplias.
2. Piensa en grande, actúa con precisión. Las mejores estrategias combinan visiones ambiciosas con acciones concretas y realistas. Define objetivos inspiradores, pero asegúrate de que cada paso sea medible y alcanzable.
3. Prosperidad económica y ambición climática van de la mano. Mientras los países desarrollados abarcan en sus estrategias una combinación de metas climáticas, estabilidad y competitividad económica, la región prioriza en sus estrategias financieras el cumplimiento de sus compromisos climáticos. El desafío: encontrar un equilibrio que promueva tanto la prosperidad económica como la sostenibilidad ambiental.
4. Prioriza para maximizar el impacto. Cuando se trata de finanzas climáticas, no todas las acciones son igualmente efectivas. La clave está en identificar y priorizar las medidas que ofrezcan los mayores beneficios en términos de reducción de emisiones y preparación para los impactos del cambio climático. Por ejemplo, reformar los sistemas de inversión pública para que todos los proyectos, desde carreteras hasta hospitales, se diseñen considerando su impacto climático desde el inicio. Aunque parece un cambio pequeño, tiene el potencial de transformar toda la inversión pública hacia un futuro más sostenible, logrando un gran impacto con recursos limitados.
5. La unión hace la fuerza. Las “mesas de finanzas sostenibles” están emergiendo como espacios útiles de colaboración. Incluye al sector financiero, empresarial y académico en el diseño de tu estrategia para asegurar su relevancia, viabilidad y aceptación. Esta sinergia es imprescindible para el éxito de la implementación de las estrategias financieras.
6. Mide, aprende y adapta. El impacto real de estas estrategias aún está por verse. Implementa mecanismos robustos de seguimiento y evaluación para entender qué funciona y qué no, y ajusta tu curso según sea necesario.
7. De la estrategia a la acción. Las estrategias no son solo documentos; son catalizadores de cambio. Úsalas para impulsar reformas legales e institucionales que transformen las finanzas públicas.
8. Ve más allá de los números. Estimar el costo de las NDCs o de las Long Term Low-Emission Development (LT-LEDs) puede tener valor, pero no te quedes solo en las cifras. Identifica las intervenciones que ofrecen los mayores beneficios sociales, económicos y ambientales. En este mundo todo cuesta, estima mejor qué inversiones son más redituables y mide los beneficios netos.
9. Enfrenta los desafíos incómodos pero cruciales. Hay temas difíciles que muchos prefieren evitar, pero que son fundamentales para una verdadera transición climática. Dos ejemplos clave son:
- Los “activos varados”: Son inversiones, como plantas de carbón o campos petroleros, que podrían perder su valor antes de tiempo debido a los cambios hacia una economía baja en carbono. Esto podría afectar seriamente las finanzas públicas.
- Los subsidios a combustibles fósiles: Muchos países gastan sumas importantes subsidiando combustibles fósiles, lo que dificulta la transición a energías limpias y más baratas.
Estos temas son complejos y políticamente sensibles, pero ignorarlos solo empeorará el problema. Las estrategias financieras climáticas ofrecen una oportunidad única para abordar estos desafíos de manera planificada y justa, minimizando los impactos negativos y maximizando los beneficios de la transición.
10. De las buenas prácticas a la transformación sistémica. La región está avanzando en áreas como la clasificación del gasto público climático, emisiones de bonos soberanos sustentables y las taxonomías verdes y sostenibles. Los próximos pasos que son críticos son: evaluar la eficiencia y eficacia del gasto en cambio climático, así como revisar los mecanismos de toma de decisión a lo largo del ciclo presupuestal para asegurar que el gasto público sea consistente con las metas climáticas nacionales.
El camino hacia un futuro sostenible y próspero en América Latina y el Caribe requiere políticas fiscales y de finanzas coherentes con combatir el cambio climático, una herramienta clave son las estrategias financieras innovadoras. Cada país tiene la oportunidad de liderar, aprender y adaptar estas lecciones a su contexto único.
¿Y tú, qué papel crees que juegan las finanzas en la lucha contra el cambio climático en tu país? ¿Ves ejemplos de estas estrategias en acción? Comparte tus pensamientos y experiencias en los comentarios.