Contribuyendo a la economía circular: así es el barco eléctrico Black Swan

La movilidad sostenible por carretera avanza a pasos agigantados con las ventas de coches eléctricos que no paran de crecer. Para los desplazamientos por aire, los proyectos de desarrollo de coches y taxis voladores y aviones no contaminantes se multiplican en todo el mundo. También hemos conocido en el tren eléctrico del futuro, el Hyperloop. Y en lo que se refiere a embarcaciones, por supuesto, también se han puesto en marcha distintas iniciativas sostenibles, con modelos que ya es posible comprar.

Entre ellas, el barco eléctrico Black Swan destaca por ser el primero específicamente diseñado para cruceros privados o de negocios en el Sena equipado con baterías reutilizadas. Estas provienen de los motores de coches eléctricos Renault: cuando su vida útil se acaba les dan una segunda vida, de forma que se contribuye a la economía circular. Su autonomía es de dos horas (y se recargan en 2 o 3 horas).

Black Swan puede albergar hasta a ocho pasajeros. Es 100 por cien eléctrico, con cero emisiones, y no emite ruido, por lo que es perfecto para navegar por ríos que atraviesan ciudades, ya que no contaminan el aire ni producen contaminación acústica. Y todo sin renunciar a un diseño moderno y elegante, algo importante para desarrollar la actividad turística. A la espera de obtener los permisos necesarios, el barco Black Swan empezará a operar en el primer trimestre de 2020. La compañía que comercializa estos recorridos recreativos por el río de la capital francesa, Seine Alliance, quiere que toda su flota sea completamente eléctrica para 2024.

Para navegar en alta mar, el barco X Shore también presume de no contaminar. Inspirado en los coches Tesla, esta embarcación también funciona con una batería y alcanza los 40 nudos (aproximadamente 75 kilómetros por hora), aunque para lograr una autonomía de dos horas debe navegar a unos 25 nudos.

Algunas embarcaciones de recreo ecológicas van aún más allá: como sucede con el primer coche eléctrico alimentado con energía solar, la compañía Silent Yachts ha ideado un catamarán solar-eléctrico, llamado Silent 55, con todo lujo de comodidades y, a la vez, respetuoso con el ecosistema marino.

Estos barcos son solo algunos ejemplos de una tendencia imparable propiciada por una mayor concienciación de la sociedad y unos requisitos más estrictos en las emisiones contaminantes. La industria de la navegación sigue así los pasos de la automotriz para reducir la huella ambiental.