Crecimiento económico: ¿Cómo crear buenos trabajos en América Latina y el Caribe?

Crecimiento económico: ¿Cómo crear buenos trabajos en América Latina y el Caribe?

Habiendo superado la crisis del COVID-19, los datos indican que el mercado laboral comenzó a recuperarse en América Latina y el Caribe, ¿Pero esto significa que se han creado buenos empleos en la región? 

Para febrero de 2023, desde nuestro Observatorio Laboral registramos el crecimiento del empleo en 9 millones por encima del nivel previo a la pandemia. Este crecimiento es alentador, pero el indicador por sí solo es insuficiente.  

Muchos trabajadores y trabajadoras en América Latina y el Caribe no ganan suficiente para vivir, especialmente en países que enfrentan niveles elevados de inflación, y se encuentran en condiciones de pobreza laboral

En un contexto complejo donde se vive alta incertidumbre a nivel mundial, necesitamos estimular la generación de empleos, pero con foco en hacer crecer el empleo de calidad. 

¿Cómo crear trabajo decente y empleos de calidad en una región donde la desigualdad y la pobreza laboral aún son protagonistas en el mercado de trabajo? 

Recuperación del empleo después del shock de la pandemia: ¿cuál es el panorama en América Latina y el Caribe? 

Mucho hemos hablado sobre el impacto de la crisis sanitaria en los mercados laborales de América Latina y el Caribe que en su peor momento llevó a más de 31 millones de trabajadores al desempleo.  

El impacto en la fuerza laboral no tardó en manifestarse, no solo en personas desempleadas, sino también en la reducción de horas de trabajo para muchos de los que pudieron mantenerse en sus trabajos, en la reducción de la productividad, y en la profundización de las brechas de género en los mercados laborales. 

El más reciente reporte periódico del Observatorio Laboral del BID resume la historia de los últimos años en pocas palabras: el COVID llegó en un contexto de ralentización económica, de poca creación de empleos de calidad y de estancamiento de la productividad laboral en América Latina y el Caribe. Las economías y los empleos empezaron a recuperarse en el año 2021, y durante el 2022, el mercado laboral experimentó una tendencia de crecimiento en el empleo que se mantuvo constante durante 10 meses consecutivos, y se estancó al final del año. 

Un elemento interesante e importante es que la pandemia fue una gran catalizadora e impulsora de oportunidades de empleo y formas alternativas y flexibles de generación de ingresos como las asociadas a la economía gig, y del trabajo independiente o freelance.  

Esto trae nuevas oportunidades y desafíos, como el de asegurarnos de que este fenómeno se traduzca en mejores empleos y en productividad laboral incorporando coberturas de seguridad social y protección social frente a riesgos, servicios financieros y opciones de ahorro, y la seguridad de un ingreso razonable en la vejez para estas formas atípicas de empleo. 

Tendencias del empleo formal versus el empleo informal 

En líneas generales, el empleo formal y el empleo informal siguieron evoluciones similares de crecimiento y recuperación desde 2021, aunque en el último año, el empleo formal tuvo un crecimiento sostenido, mientras que la creación de empleo informal se desaceleró.  

En 2022 vimos la recuperación del empleo total, pero en el marco de un crecimiento económico frágil y en el que la ralentización en la creación de empleo informal no significa creación sustantiva de más y mejores empleos.  

Aunque el crecimiento del empleo informal está ligeramente por debajo del crecimiento del empleo formal, la informalidad laboral aún representa el 58% del empleo en toda la región. 

Las brechas de género en el mercado laboral

Es fundamental hacer consideraciones en cuanto a las brechas de género en los mercados laborales de América Latina y el Caribe. La tasa de empleo informal, en promedio, es similar entre hombres y mujeres.  

Sin embargo, este promedio esconde grandes diferencias entre países: en República Dominicana, por ejemplo, las mujeres tienen menores tasas de informalidad, mientras que, en Bolivia, El Salvador, y Perú, las mujeres presentan tasas de informalidad sustancialmente mayores que la de los hombres. 

Un dato interesante es que, por un período de tiempo, en la segunda mitad de 2022, la recuperación del empleo total que observamos se explicó con el crecimiento del empleo femenino que, por primera vez en la pandemia, superó marginalmente a la recuperación del empleo masculino. Este crecimiento del empleo femenino, que lamentablemente se está desacelerando, de ninguna manera supone que se cerraron las brechas: solo se cerró el porcentaje de la brecha que la pandemia profundizó. 

El mercado laboral de América Latina y el Caribe en datos 

  • Empleo total 2020-2022: +9 millones de empleos / + 4% 
  • Empleo formal 2020-2022: + 7% 
  • Empleo informal 2020-2022: + 1% 
  • Tasa de desempleo promedio: 8% 

Algunos datos de nuestro Observatorio Laboral sobre pérdidas y recuperación de empleo total por países en 2023, respecto a febrero de 2020, son los siguientes: 

  • Argentina: + 682.000 empleos. 
  • Barbados: + 800 empleos. 
  • Bolivia: + 657.000 empleos. 
  • Brasil: + 5 millones de empleos. 
  • Chile: – 98.000 empleos. 
  • Colombia: + 453.000 empleos. 
  • Costa Rica: – 43.000 empleos. 
  • Ecuador: + 303.000 empleos. 
  • El Salvador: + 72.000 empleos (datos empleo formal). 
  • Jamaica: – 5.000 empleos. 
  • México: + 2,5 millones de empleos. 
  • Nicaragua: – 168 000 empleos. 
  • Paraguay: + 59 000 empleos. 
  • Perú (Lima, zona metropolitana): + 87.000 empleos. 
  • República Dominicana: – 83.000 empleos. 
  • Uruguay: + 56.000 empleos. 

Porcentajes de crecimiento del empleo en febrero 2023 con respecto a febrero de 2020 

Para toda la información disponible sobre calidad y cantidad del empleo en América Latina y el Caribe, ingresa al Observatorio Laboral del BID y accede a nuestros informes periódicos, bases de datos e índices de empleo. 

El foco no solo en la cantidad sino en la calidad del empleo

Si bien vimos una recuperación del empleo formal a tasas superiores a las del empleo informal, como dijimos antes, la informalidad aún representa un gran porcentaje de empleos en la región. Tener un 58% de informalidad laboral significa que la mayoría de los trabajadores en América Latina y el Caribe: 

  • No tiene estabilidad de ingresos y salarios para cubrir sus necesidades y tener una buena calidad de vida. 
  • No tienen la posibilidad de ahorrar para imprevistos. 
  • No cuenta con aseguramiento frente a los riesgos que generalmente cubren la seguridad social y la protección social. 
  • No están ahorrando ni cotizando para tener ingresos suficientes en el momento de su jubilación. 

Hoy en día, un porcentaje de los adultos mayores de la región no tiene recursos para retirarse y necesita seguir trabajando y generando ingresos. En 2021, el 36% de los hombres y 17% de las mujeres mayores de 65 años de la región continuaba en el mercado laboral. 

Además, la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, los procesos inflacionarios y la insuficiencia de medidas en materia laboral han contribuido a generar, tanto en el sector formal como en el sector informal, el fenómeno de la pobreza laboral o del “trabajador pobre”: personas con empleo a las que sus ingresos laborales no les alcanzan para cubrir la canasta básica. 

Trabajo decente, crecimiento económico, y productividad laboral, ¿cómo se relacionan? 

La creación de empleos es un proceso complejo con desafíos particulares en países con altos niveles de informalidad, vulnerabilidad y pobreza extrema. 

¿Pero qué papel juega el crecimiento económico en este proceso? En publicaciones de años anteriores ya nos referimos a la relación de retroalimentación que se da entre el crecimiento económico de los países, y la generación y crecimiento de los buenos empleos. Sin embargo,  la historia ha demostrado que el crecimiento económico sostenido no es el único factor, y que necesitamos en simultáneo acompañarlo de medidas macroeconómicas que mejoren el funcionamiento de los mercados laborales. Por ejemplo: 

  • Reasignación de trabajadores de puestos de trabajo menos productivos a otros más productivos 
  • Hacer crecer la productividad y la calidad de los todos los puestos de trabajo 

Esto se logra por medio de (i) inversión en habilidades para el trabajo que permitan a los trabajadores progresar laboralmente a largo plazo, (ii) intermediación laboral y servicios públicos de empleo eficientes y con amplio alcance. 

  

En América Latina y el Caribe este tipo de medidas y otras complementarias serán cruciales para el desarrollo económico en 2023 y 2024, para los que se vaticina un crecimiento económico menor que el que vimos en los últimos años, de acuerdo con nuestro informe macroeconómico anual de 2023

Qué crezcan los empleos, pero que sean buenos empleos 

De la mano con el crecimiento económico sostenido y de la productividad, necesitamos promover empleos productivos, bien remunerados, y con las prestaciones de seguridad social para todos los trabajadores y las trabajadoras. Es imposible pensar en una región más productiva, con más igualdad y un mayor nivel de desarrollo económico sin una mejora del mercado de trabajo y de los empleos. 

Para tener más y mejores empleos en mercados de trabajo que están en continua transformación necesitamos en el largo plazo: 

Crear fuerzas laborales resilientes 

Poner a disposición de los trabajadores servicios públicos de empleo y de intermediación laboral robustos 

Es imperante que los servicios de empleo sean capaces de conectar de manera óptima el talento disponible con las necesidades de las pequeñas y medianas empresas, microempresas, y todo el sector productivo. Hoy en día pueden apalancarse en las nuevas tecnologías para mejorar su alcance y eficiencia y brindar a los trabajadores las mejores herramientas para encontrar empleo de una manera ágil, segura y sin discriminación en un entorno inclusivo. 

Contar con mecanismos novedosos para ampliar la cobertura y contribución a la seguridad social 

Necesitamos impulsar en los países sistemas de seguridad social que permitan cubrir a todos los trabajadores del siglo XXI, incluyendo a quienes generan ingresos de maneras no tradicionales. Necesitamos desarrollar modelos y soluciones innovadoras para incorporar a los trabajadores de la economía gig a la seguridad social lo que permitirá elevar la calidad de sus empleos. 

Aprovechar el potencial del desarrollo a partir de la transición verde

La región cuenta con un gran potencial en su camino hacia la sustentabilidad y a economías verdes. Se están generando, y se generarán en el largo plazo millones de nuevos empleos netos relacionados con la acción frente al cambio climático en América Latina y el Caribe. Hasta 2030, se estima que tendremos 15 millones empleos adicionales que requerirán mano de obra calificada en sectores que van más allá del de las energías renovables, pues casi todos los sectores de la economía terminarán “verderizándose” de una u otra forma en las agendas de cuidado del medio ambiente. 

La creación de puestos de trabajo y nuevas oportunidades en el camino hacia economías verdes debe enmarcarse en una transición justa en la que ningún trabajador se quede atrás. 

La transición a economías verdes tiene un gran potencial de generar mejores empleos en América Latina y el Caribe, pero necesitamos: 

  • Fomentar la inversión en la capacitación de las habilidades para estas nuevas oportunidades de empleo. 
  • Diseñar e implementar estrategias de promoción de empleos verdes y empleo decente con perspectiva de género.

En este Día Internacional de los Trabajadores 2023, los desafíos tradicionales del mercado laboral persisten, y se suman nuevos retos y oportunidades para la fuerza laboral. ¿Cómo ves tú, desde tu país, la creación de más y mejores empleos? Cuéntame en los comentarios.