El impacto del calentamiento global en la industria logística: un ángulo poco explorado
El calentamiento global, sin dudas, está afectando al sector logístico, con fenómenos como El Niño y La Niña, incrementando los retos a enfrentar.
El aumento de las temperaturas, el deshielo de los glaciares y la subida del nivel del mar provocan daños en las infraestructuras y retrasos operativos.
Por ejemplo, el Canal de Panamá, ha sufrido escasez de agua durante sequías graves asociadas a El Niño. Eso ha afectado su funcionamiento y ha generado importantes pérdidas económicas para las empresas que dependen de esta ruta clave.
Los fenómenos meteorológicos extremos, como el huracán Berryl en 2024, ilustran los impactos en las cadenas de suministro. Berryl, un huracán de categoría 5, causó inundaciones y daños generalizados en infraestructuras desde Venezuela hasta Canadá, provocando interrupciones prolongadas que afectaron gravemente la logística y el transporte de mercancías, generando escasez de productos y aumentos de precios en diversas regiones.
Estrategias de mitigación
En ese sentido, las empresas de logística están adoptando estrategias de mitigación, como invertir en infraestructuras resistentes y herramientas de previsión meteorológica.
La diversificación de los modos y rutas de transporte, junto con el análisis predictivo y el seguimiento en tiempo real, ayudan a minimizar los retrasos y a adaptarse a las condiciones cambiantes. Estas herramientas tecnológicas permiten a las empresas anticipar y responder de manera más efectiva a los desafíos climáticos, mejorando la resiliencia de sus operaciones.
Por otra parte, la sostenibilidad es cada vez más importante. Las empresas están integrando prácticas ecológicas, como vehículos eléctricos, energías renovables y embalajes ecológicos, para reducir su huella ambiental y mejorar su reputación.
La adopción de estas prácticas no solo contribuye a la lucha contra el cambio climático, sino que también puede generar ahorros y mejorar la eficiencia operativa, lo que se traduce en beneficios económicos a largo plazo.
Los gobiernos y las organizaciones internacionales están aplicando normativas para abordar el impacto del calentamiento global en la logística.
Reducción de emisiones contaminantes en el transporte
La estrategia de la Organización Marítima Internacional (OMI) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques es un marco clave.
El objetivo de la OMI es reducir la intensidad de carbono del transporte marítimo internacional en al menos un 40% para 2030 y mantener los esfuerzos hacia una reducción del 70% para 2050, en comparación con los niveles de 2008.
La Unión Europea también ha sido proactiva con el Green Deal, que incluye el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) para el sector marítimo a partir de 2024.
En Estados Unidos, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) ha implementado normas para reducir las emisiones de camiones y autobuses pesados. Estas regulaciones buscan impulsar la adopción de tecnologías más limpias y eficientes en el transporte, lo que a su vez contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.
Por ello, el sector logístico está evolucionando con innovaciones como vehículos autónomos y sistemas de entrega con drones que prometen mejorar la eficiencia y reducir las emisiones.
Esfuerzos de sostenibilidad
Las empresas se centran en crear cadenas de suministro resistentes, diversificando proveedores e invirtiendo en producción local para hacer frente a las interrupciones.
• Estas estrategias de resiliencia son fundamentales para garantizar la continuidad de las operaciones y minimizar las pérdidas económicas en caso de eventos climáticos extremos.
Compañías navieras líderes como Maersk están a la vanguardia de los esfuerzos de sostenibilidad. La empresa de transporte marítimo se ha comprometido a lograr cero emisiones netas para 2050 e invierte en combustibles de bajas emisiones, como biocombustibles.
En 2019, completó su primer viaje neutro en carbono utilizando mezclas de biocombustibles, marcando un hito en la industria y demostrando que es posible reducir significativamente las emisiones en el transporte marítimo.
Otras navieras también están adoptando medidas. CMA CGM botó el primer portacontenedores ultra grande propulsado por gas natural licuado (GNL), una alternativa más limpia a los combustibles tradicionales.
Estas iniciativas demuestran el compromiso de la industria marítima con la reducción de su impacto ambiental y la búsqueda de soluciones más sostenibles.
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Afectaciones a las entregas de última milla
El calentamiento global también afecta a las entregas de última milla. Las empresas están recurriendo a soluciones logísticas urbanas sostenibles, como furgonetas de reparto y bicicletas de carga eléctricas.
Las iniciativas de ciudades inteligentes, con planificación integrada del transporte y datos en tiempo real, permiten una planificación más eficiente y reducen el impacto de las interrupciones. Estas soluciones no solo son más respetuosas con el medio ambiente, sino que también pueden mejorar la calidad del servicio y la satisfacción del cliente.
Efectivamente, el cambio climático global presenta desafíos, pero también oportunidades para la innovación y la sostenibilidad en el sector logístico. La adopción de prácticas sostenibles, la inversión en infraestructuras resistentes y la adaptación a los cambios normativos son cruciales para un futuro más ecológico y resiliente.
La colaboración entre empresas, gobiernos y comunidades es esencial para lograr un cambio significativo y garantizar un comercio mundial sostenible a largo plazo.
Fuente: https://thelogisticsworld.com/