Ganadería: Un nuevo Subcomité ofrece nuevas vías normativas
Roma – Con la primera reunión del Subcomité de Ganadería, un foro técnico para que los Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proporcionen asesoramiento en relación con la labor de la Organización, se ha dado hoy inicio a un encuentro virtual de tres días de duración.
El Subcomité fue establecido en 2020 por el Comité de Agricultura, uno de los órganos rectores de la FAO que proporciona orientación general sobre políticas y reglamentación respecto de cuestiones relacionadas con la agricultura (incluida la ganadería), la inocuidad alimentaria, la nutrición, el desarrollo rural y la gestión de los recursos naturales. El Subcomité de Ganadería, integrado por 131 países, más la Unión Europea, así como por observadores de organismos de las Naciones Unidas y de otras organizaciones, debatirá y creará consenso sobre cuestiones y prioridades concretas relacionadas con el sector ganadero. El Subcomité, el primero creado y puesto en marcha por un órgano rector bajo el mandato del Director General de la FAO, Sr. QU Dongyu, asesorará al Comité y, a través de este, al Consejo y la Conferencia de la FAO, sobre las necesidades técnicas y normativas a fin de optimizar la manera en que la ganadería puede contribuir a mandatos fundamentales como la mitigación de la pobreza, la seguridad alimentaria y la nutrición, la sostenibilidad de los medios de vida y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“A nivel mundial, nos enfrentamos a diversos problemas graves; en particular, el aumento del hambre y la malnutrición, la pobreza, la crisis climática, los conflictos, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los recursos naturales… La ganadería puede ayudar a abordar esos desafíos”, dijo el Sr. QU en las observaciones preliminares de la reunión. Muchas de las personas más pobres del mundo dependen directamente de la ganadería para vivir, y las cadenas de valor de la ganadería constituyen la tercera fuente de ingresos de mayor importancia a nivel mundial, después de la producción de cultivos y el empleo no agrícola, añadió.
“En los sistemas de ganadería sostenibles se conjugan las cuatro mejoras del Marco estratégico de la FAO para 2022-2031: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todos, sin dejar a nadie atrás”, señaló el Sr. QU.
El Subcomité pondrá de relieve la diversidad de los sistemas de ganadería y las diversas funciones que desempeña la ganadería a la hora de contribuir a la seguridad alimentaria, la nutrición, los medios de vida y el crecimiento económico inclusivo, a la vez que reduce al mínimo las repercusiones negativas en el medio ambiente cuando se gestiona de forma sostenible, afirmó. Su éxito “dependerá del apoyo colectivo, la participación activa y las contribuciones de cada uno de nosotros”, declaró el Director General, quien instó a una colaboración eficiente, eficaz y coherente.
Aprovechar las sinergias, gestionar las compensaciones recíprocas
El Subcomité de Ganadería fue establecido con objeto de impulsar la transformación del sector ganadero en la medida necesaria para alcanzar los mayores beneficios posibles al tiempo que se gestionan los desafíos, que van desde las carencias de micronutrientes en algunas poblaciones y la notable vulnerabilidad de las comunidades pastoriles a la crisis climática hasta los riesgos de pérdida de biodiversidad y de gestión ineficiente de la tierra, así como la creciente amenaza representada la resistencia a los antimicrobianos a nivel mundial.
Tiene la responsabilidad de señalar y debatir las tendencias y problemas principales del sector ganadero mundial, de asesorar sobre la preparación de exámenes técnicos sobre asuntos pertinentes, de asesorar sobre los mecanismos que deben prepararse, y de facilitar y ejecutar programas de acción.
Se prevé que la demanda mundial de productos ganaderos aumentará hasta un 50 % de aquí a 2050, casi en la totalidad en países en desarrollo, donde los beneficios dietéticos de los alimentos de origen animal suelen ser menos accesibles. Ello creará numerosas oportunidades económicas, que deberían ponerse en mayor medida a disposición de las mujeres y los jóvenes. Al mismo tiempo, los sistemas de producción ganadera son unos de los principales usuarios de los recursos naturales, pueden contribuir a la degradación de los suelos y a la contaminación del medio ambiente, y emiten gases de efecto invernadero (GEI). Además, enfermedades como la peste de los pequeños rumiantes pueden ocasionar grandes pérdidas para el sector y perturbar los flujos comerciales, mientras que las variantes de la gripe aviar pueden suponer una amenaza para la salud pública así como perturbar los flujos comerciales.
“Todos somos conscientes de estos problemas y seguir haciéndolo todo como hasta ahora ya no es una opción. También somos conscientes de que el sector ganadero puede contribuir a la solución”, afirmó el Director General, señalando la necesidad de llevar a cabo una planificación cuidadosa para aprovechar las sinergias y gestionar las compensaciones recíprocas entre las distintas prioridades.
La extensa labor de la FAO en el ámbito de la ganadería pone de manifiesto la necesidad de una planificación de ese tipo y demuestra cómo la ganadería puede garantizar una alimentación saludable, prestar apoyo a la resiliencia y los medios de vida, facilitar la producción de alimentos en tierras marginales donde la producción de cultivos es ineficiente, desempeñar una función central en el enfoque “Una salud” y contribuir a los servicios ecosistémicos a través del ciclo de los elementos nutritivos y la captación de carbono en el suelo. La FAO, valiéndose de herramientas y directrices basadas en datos empíricos, está trabajando con gobiernos, agricultores, empresas y comunidades en relación con una serie de cuestiones como la inocuidad alimentaria, los mercados inclusivos, la vigilancia de las enfermedades y la respuesta a estas, la optimización de los piensos, y la promoción de las mejores prácticas para la salud y el bienestar de los animales.
Los sistemas ganaderos del mundo se destacan por su diversidad, que brinda la oportunidad de ampliar la aplicación de soluciones a problemas climáticos. La FAO ha sido entre los primeros en investigar la manera de reducir la huella de carbono de la ganadería y su investigación ha demostrado cómo la adopción más generalizada de las mejores prácticas y tecnologías existentes en materia de alimentación, salud, cría, y gestión del estiércol puede ayudar a disminuir las emisiones de GEI en un 30 %. El Modelo de evaluación ambiental de la ganadería mundial (GLEAM) de la FAO y su versión interactiva (GLEAM-i), permiten realizar evaluaciones mundiales y nacionales de las emisiones y de la tecnología y las opciones normativas para reducirlas. Entre las demás herramientas técnicas que la FAO ha elaborado para prestar asistencia a los Miembros, cabe mencionar la Autoevaluación y valoración holística de la resiliencia climática de agricultores y pastores (SHARP), la herramienta de balance de carbono ex-ante (EX-ACT), el conjunto de herramientas para las inversiones y las políticas en el sector ganadero (LSIPT) y el Instrumento para la evaluación del desempeño agroecológico (TAPE).