La juventud latinoamericana tiene mucho que decir en la COP16
La COP16 es una oportunidad única para acordar nuevas soluciones de preservación de la biodiversidad del planeta y, con ello, salvaguardar nuestros ecosistemas. Los jóvenes no solo entienden la gravedad de la situación, sino que son los más conscientes de que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad ya están afectando sus vidas cotidianas, y lo harán con más ferocidad en las próximas décadas.
Desde la crisis hídrica en Colombia, que amenaza con desbordar los recursos naturales, hasta el aumento del nivel del mar que pone en riesgo las comunidades costeras, estas generaciones comprenden que no se puede postergar más la acción. “Percibimos la biodiversidad como algo separado de nosotros, pero cada especie cumple un rol en la naturaleza. Si lo entendemos así, podremos reconectar con la naturaleza y replantear nuestra forma de vivir”, dijo Nicolás Marín, fotógrafo marino y activista de NatGeo, en un conversatorio organizado por CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- y El País.
Vanesa Preciado, coordinadora general de Tremendas Colombia, destacó la importancia del liderazgo de las mujeres jóvenes en este tipo de iniciativas: “Las mujeres jóvenes estamos comprometidas en liderar proyectos que no solo visibilicen nuestra voz, sino que transformen nuestras comunidades y la relación con la naturaleza“. Este compromiso es reflejo del trabajo que lleva a cabo Tremendas, un movimiento que busca fortalecer a niñas y jóvenes para que lideren procesos de cambio social y ambiental.
Por su parte, Nathalie Gerbasi, directora de Capacitación de CAF, subrayó la importancia de empoderar a los jóvenes a través de la formación: “Desde CAF, nuestro compromiso es proporcionar herramientas que permitan a los jóvenes liderar el cambio en sus territorios, fomentando el desarrollo sostenible a través de la capacitación y el conocimiento”.
La participación de los jóvenes en la COP16 va más allá de las palabras. Su compromiso se refleja en las acciones concretas que están llevando a cabo en sus comunidades. Por ejemplo, muchos jóvenes han liderado campañas de concienciación sobre la importancia de la biodiversidad en sus territorios, organizando actividades de reforestación, protección de especies en peligro y educación ambiental para la población. Estas iniciativas buscan, no solo mitigar los efectos del cambio climático, sino también crear resiliencia en las comunidades que dependen directamente de los ecosistemas en riesgo.
Estos nuevos líderes están exigiendo que las políticas públicas incluyan sus voces y preocupaciones, conscientes de que las decisiones que se tomen hoy definirán el futuro del planeta. “El mundo no está perdido, está lleno de esperanza”, mencionó Marín durante la conversación, reflejando el optimismo y la determinación que caracteriza a esta generación comprometida. Los jóvenes no solo buscan ser escuchados, sino que también están comprometidos a actuar de manera concreta y efectiva. Sus esfuerzos van desde la implementación de tecnologías limpias hasta la creación de redes de jóvenes activistas que buscan soluciones integrales a los problemas ambientales.
Para los jóvenes, la COP16 no es solo un evento más, es una oportunidad para incidir en decisiones que definirán el futuro del planeta. Vanesa Preciado fue clara durante el conversatorio: “Queremos que nuestras ideas se traduzcan en políticas concretas, porque sabemos que el tiempo para actuar es ahora”.