La respuesta a la crisis del COVID-19 requiere un nuevo régimen de bienestar más inclusivo
Reconstruir mejor en América Latina y el Caribe después de la pandemia provocada por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) significa reconstruir con igualdad y sostenibilidad. Por ello, la respuesta a la crisis requiere un nuevo pacto social basado en la igualdad, con más transparencia y responsabilidad, afirmó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante un evento paralelo al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible 2020.
La máxima representante de la CEPAL intervino en el encuentro titulado Compartir los beneficios económicos: la protección social como herramienta para reconstruir mejor después de COVID-19 organizado por la Misión Permanente de Etiopía ante las Naciones Unidas, con el apoyo de las misiones permanentes de Canadá, Indonesia, Sierra Leona, Suecia, Túnez, Uruguay y del Banco Mundial a través de la Práctica Mundial de Desarrollo Social.
Junto a Alicia Bárcena participaron Ergogie Tesfaye, Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales del Gobierno de Etiopía; Luis Bermúdez, Embajador y Representante Permanente Adjunto de la Misión Permanente del Uruguay ante la ONU; Diani Sadiawati, Asesora Superior del Viceministro de Planificación del Desarrollo Nacional del Gobierno de Indonesia, y Rola Dashti, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental.
Intervinieron también Ingo Wiederhofer, Director Mundial Interino y Especialista Principal en Desarrollo Social de la Práctica Mundial de Desarrollo Social del Banco Mundial; Romina Boarini, Asesora Superior de la OCDE y Coordinadora de la Iniciativa de Crecimiento Inclusivo, y Attiya Waris, Directora de Investigación y Empresa, y Profesora Asociada de Derecho y Política Fiscal de la Universidad de Nairobi. El encuentro fue moderado por Sarah Cliffe del Centro de Cooperación Internacional de la Universidad de Nueva York.
Durante su exposición, la alta funcionaria de las Naciones Unidas afirmó que la pandemia ha evidenciado las brechas estructurales en materia de protección social y de salud que arrastra la región.
Subrayó que las respuestas a la crisis requieren de un pacto social para cambiar la conversación entre el Estado, el sector privado y la sociedad, con énfasis en la transparencia, la rendición de cuentas, el apoyo al fortalecimiento de la democracia y, por supuesto, la lucha contra la corrupción.
Advirtió que la pandemia tendrá consecuencias severas en América Latina y el Caribe, una región donde el 54% de la población es informal y con muy poco acceso a los sistemas de protección social.
Las mujeres de la región son una de las poblaciones más duramente afectadas, alertó. Precisó que el 77% de ellas están empleadas en el sector de la salud con un 25% de ingresos más bajos. Los 85 millones de adultos mayores también están siendo muy afectados por la pandemia, junto a 63 millones de indígenas y 130 millones de afrodescendientes.
Alicia Bárcena afirmó que la pobreza tendrá un aumento significativo en la región y que millones de personas pueden caer en la pobreza extrema y el hambre debido al impacto de la pandemia.
Por ello, afirmó, necesitamos avanzar hacia un ingreso básico universal que tenga un alcance de largo plazo y que llegue a amplios estratos de la población que son muy vulnerables a caer en la pobreza.
“Esto es esencial. Después de la pandemia vamos a ser pobres, vamos a ser desiguales, tendremos hambre y estaremos enojados. Así que es mejor que hagamos algo ahora mismo”, subrayó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Agregó que “un ingreso universal es esencial para ciertos grupos. Es una emancipación, un ingreso de subsistencia. Esta crisis va a durar mucho tiempo, hay que implementar este ingreso por lo menos durante los próximos 2 o 3 años”, expresó.
La CEPAL también propone un Bono Contra el Hambre para toda la población en situación de pobreza extrema por un período de seis meses, equivalente al 70% de la línea de pobreza extrema regional (47 dólares de 2010), señaló.
La alta funcionaria precisó que América Latina y el Caribe enfrenta dos grandes obstáculos en esta pandemia: la falta de inclusión financiera y la brecha digital. Puntualizó que, de los 170 millones de estudiantes en la región, solo el 20% tiene acceso completo a Internet de calidad, mientras que solamente el 26% de los trabajadores formales pueden acceder al teletrabajo.
Asimismo, instó a proteger los sectores productivos. Recordó que más de un tercio del empleo formal y un cuarto del producto interno bruto (PIB) de América Latina y el Caribe se generan en sectores fuertemente golpeados por la crisis económica derivada de la pandemia.
Según estimaciones de la CEPAL, cerrarían más de 2,7 millones de empresas formales en la región -de las cuales 2,6 millones serían microempresas- con una pérdida de 8,5 millones de puestos de trabajo, sin incluir las reducciones de empleos que realicen las empresas que seguirán operando.
“Tenemos que rescatar microempresas, eso es muy importante porque son el futuro. Y para las grandes empresas, como las aerolíneas, podemos pensar en un rescate, pero tenemos que poner condiciones”, afirmó.
Finalmente, la máxima representante de la CEPAL instó a avanzar hacia un cambio estructural progresivo sobre la base de un gran impulso para la sostenibilidad como estrategia de salida de la actual crisis.