La sociedad del cuidado, un horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género
Todas las personas han sido cuidadas alguna vez y todas las personas necesitan cuidados a lo largo de sus vidas. Sin embargo, el trabajo de cuidado recae mayormente en mujeres y niñas limitando su autonomía. Transitar hacia la sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género será el tema de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, a realizarse en noviembre próximo en Argentina.
Impacto regional de la desigualdad de género
En América Latina y el Caribe, las mujeres dedican más del doble de tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres. Esta distribución de roles es producto de la división sexual del trabajo, basada en la reproducción de estereotipos que afectan la vida de mujeres y niñas. Como contracara de la distribución de los cuidados en los hogares, las mujeres tienen menos tiempo y oportunidades para participar del mercado laboral, para educarse, para participar en política y para el ejercicio de otros derechos en igualdad de condiciones.
Estos obstáculos a la autonomía de las mujeres, es decir, a que puedan contar con la capacidad y con condiciones concretas para tomar libremente las decisiones que afectan sus vidas, se profundizó con la pandemia. El aislamiento y el traslado de la educación y los cuidados al ámbito de los hogares produjo para ellas una sobrecarga de tareas de cuidados que sumó a la pérdida masiva de empleo. Si bien en 2021 hubo una recuperación, esta ha sido desigual y no logró cerrar la brecha de género: 1 de cada 2 mujeres aún está fuera de la fuerza de trabajo mientras que, en el caso de los hombres, la proporción es de 1 de cada 4.
Los países que han medido la contribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados a la economía, han encontrado que representaría entre el 15,9% y el 27,6% del Producto Interno Bruto (PIB). El 70% de ese aporte lo realizan las mujeres.
La injusta distribución sexual del trabajo también ubica a las mujeres como cuidadoras en servicios remunerados provistos por el Estado o el mercado. En salud, educación y trabajo doméstico, la mayoría de las trabajadoras son mujeres. Sin embargo, en salud y educación existen marcadas brechas salariales respecto a lo que perciben los hombres que participan en el mismo sector. En el caso de las trabajadoras domésticas, donde se emplea alrededor del 10% de las mujeres ocupadas, los salarios son más bajos que en otros sectores, y el 73% trabaja en la e sin cobertura previsional.
La solución posible
La desigualdad estructural que afecta a mujeres y niñas de la región necesita ser revertida. Es urgente transitar hacia un estilo de desarrollo que no deje a nadie afuera. Desde la CEPAL hacemos un llamado a transitar hacia la sociedad del cuidado, una organización societal que pone en el centro la sostenibilidad de la vida, que protege al planeta y que garantiza los derechos de quienes requieren cuidados, de quienes cuidan y también considera el autocuidado y el intercuidado. La sociedad del cuidado contrarresta la precarización de los empleos de cuidados y visibiliza los efectos multiplicadores de la economía del cuidado: no sólo produce más bienestar, sino que permite una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad.
Del 7 al 11 de noviembre próximo los Gobiernos de la región junto a organizaciones de la sociedad civil nos reuniremos en Argentina en la la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Allí conversaremos y aportaremos soluciones para transitar hacia “La sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”. Esperamos que puedan acompañarnos.