Las pequeñas empresas latinoamericanas que buscan vender al mundo
Quito 26 OCT 2020 – La pandemia detuvo las empresas que se apoyan en ladrillos, pero nada pudo hacer con los emprendimientos que están atados a la innovación y a la creatividad. Aquellas iniciativas, que en lugar de producir manufacturas, promueven mentefacturas (término acuñado por el experto en innovación Juan José Goñi, que sugiere producir conocimiento y servicio), se encontraron en el Outsource2LAC 2020, el principal evento de outsourcing o tercerización de servicios digitales en América Latina y el Caribe.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), organizador de este foro, tuvo el reto de organizar su primera cita virtual tras casi una década de encuentros presenciales en toda la región. La cantidad de participantes no hizo más que confirmar el músculo emprendedor de América Latina y el Caribe: se registraron 5.000 empresarios del sector de servicios globales, de más de 60 países. “La virtualidad permite una penetración mayor porque uno atrae más gente. Nosotros ya pensamos que cualquier foro a futuro va a ser presencial y digital”, dijo Fabrizio Opertti, gerente del Sector de Integración y Comercio del BID, que confirmó que en años pasados hubo entre 1.000 y 1.500 asistentes.
Opertti explicó que el enfoque del encuentro siempre está puesto en las pymes, que son el motor de crecimiento, sobre todo, las que están en el segmento de servicios, el gran empleador en la región. “No dependen de los precios de las materias primas, sino del conocimiento, de la innovación. Son más resilientes, fueron resistentes al embate de la última crisis financiera en 2008. Fíjate que cuando las exportaciones a nivel mundial de bienes se contrajeron en un 23%, las de servicios se expandieron en un 12%. Esto te habla del potencial de estas empresas, sobre todo, en un momento que estás en la casa, que las empresas están trabajando desde las casas, la gente sigue educándose en la casa, sigue alimentándose, y hay muchas cosas que siguen igual”.
La pandemia ha resultado una oportunidad para las plataformas de educación a distancia y la telemedicina, aunque esta última todavía tiene cortapisas para expandirse. “Hay barreras de índole regulatoria, de propiedad intelectual, que necesitamos borrar para fomentar mayor integración en este campo”, reconoció el funcionario del BID.
Uno de los participantes en el encuentro fue el argentino Juan Badino, que desde hace siete años promueve la plataforma Acámica, que ofrece programas de cuatro a siete meses para desarrollar destrezas en la industria de la tecnología. Hasta ahora mantiene un promedio de 2.000 alumnos anuales y espera crecer más y explorar contenidos en inglés. “Necesitamos trabajadores amoldados a lo que se necesita hoy en día, hay que hacer un reskiling (reciclaje profesional)”, señaló.
El reto de los emprendimientos digitales en la región es vender al mundo y conseguir parte del negocio que ahora se llevan la India, Filipinas y otros países asiáticos. “Hay una oportunidad para que las empresas diversifiquen, creen oportunidades adicionales y complementarias, pero requiere bajar los costos logísticos y de transporte”, señaló Opertti y añadió también la importancia de desarrollar conocimiento. “El capital humano es factor de producción esencial de este sector”.
Jendy Varela, directora comercial de WOW Emotions, asentada en Costa Rica, vende realidad aumentada y virtual desde hace seis años. Entre sus mayores logros está haber desarrollado un simulador de cirugía para Estados Unidos y haber montado museos de realidad virtual en Australia, pero empezaron haciendo videojuegos publicitarios. “La clave es reinventarse de la manera más ágil posible. Nosotros en este tiempo de pandemia ya no ofrecemos los desarrollos con visores de realidad virtual, nos pasamos al tema del concepto inmersivo a nivel web. Hacemos recorridos virtuales con grabaciones 360 y animación 3D”.
La innovación también pasa por la adaptación que tienen las pequeñas empresas. Hace 15 años, la brasileña Ana Schmiedel fundó Balmasch, una empresa de marketing de Ciudad del Este, que desde el inicio hizo negocios con el exterior por estar en la triple frontera (entre Paraguay, Brasil y Argentina). “No es un problema para nosotros hacer contenidos en guaraní, portugués, español e inglés, y si me piden algo en árabe o mandarín me consigo a la persona y lo hago”.
En el foro también participaron representantes de fondos de inversión, como The Yield Lab LATAM, un fondo de Venture Capital (capital de riesgo o capital emprendedor que se entrega a compañías de alto potencial de crecimiento en etapa temprana) que invierte en agro. Camila Petignat, desarrolladora de negocios especializada en empresas de biotecnología, señaló que el fondo ha identificado más de 650 ideas innovadoras en la región. De momento han invertido en nueve soluciones tecnológicas para impulsar el agro. Una de ellas es una pequeña empresa chilena que desarrolló un polímero natural para recubrir frutas de exportación. “Esto para consumidores conscientes que no quieren alimentos con residuos químicos, eso cada vez da un valor agregado a los productos”, dijo.
Opertti está convencido que la región tiene que vender más a Estados Unidos, que tiene más de 50 millones de habitantes que hablan español y prácticamente no tiene diferencia horaria con América Latina y el Caribe. “Estados Unidos es un gran comprador de servicios de la región. Claramente hay una ventaja competitiva que tiene la región y que está jugando un papel cada vez más importante. Es el nearshoring (prestación de servicios desde países cercanos al país contratante) versus el farshoring”.
La conversación iniciada en Outsource2LAC 2020 continúa en ConnectAméricas, que es la red social de empresas que el BID puso en marcha hace seis años. Actualmente tiene 500.000 empresarios registrados. “Hay un intercambio de contenidos, las oportunidades de negocio continúan de forma permanente en esta red social”, insistió Opertti y extendió la invitación a sumarse a esta comunidad de emprendedores que no dependen del ladrillo.