ONU insta a “moderación y diálogo” para evitar más tensión mundial
El secretario general de la ONU, Antonio Gutérres, en su primera reacción tras el ataque de EE. UU. que ocasionó la muerte del poderoso comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní, Qasem Soleimaní y el vicepresidente de las milicias chiíes iraquíes Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, alertó que el país no puede permitirse una nueva guerra en el Golfo.
Gutérres, que ha defendido constantemente la reducción de las tensiones en el Golfo, está profundamente preocupado por la reciente escalada, aseguró su portavoz Farhan Haq, en un breve comunicado.
“Este es un momento en el que los líderes del mundo deben ejercer la máxima contención”, dijo Gutérres ante el temor de que la situación se desborde.
En los mismos términos se manifestó el embajador de Francia ante Naciones Unidas, Nicolas de Rivière, en unas declaraciones a la prensa antes del arranque de una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria.
“Solo llamo a una mayor desescalada. Es lo que necesitamos ahora, una reducción de la tensión, necesitamos estabilidad en la región y vamos a animar a todo aquel que quiera trabajar por reducir la tensión en la zona”, insistió De Rivière.
El líder supremo iraní, Ali Jameneí, prometió una dura venganza por la muerte de Soleimaní. Aseguró que su fallecimiento no detendrá su misión, pero “los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires en el ataque del jueves por la noche deben esperar una dura venganza”, dijo.
Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Francia, Emmanuel Macron, mostraron este viernes también su preocupación por la muerte del general iraní, así como por la posibilidad de que pueda agravar seriamente la situación en la región de Oriente Medio.