Pandemia y digitalización en América Latina: la región en busca de la resiliencia digital
El Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina realizó un webinar con la presentación del informe realizado por el Dr. Raúl Katz sobre el estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia, como disparador. El encuentro online, presentado por la periodista Guadalupe Michaca, contó además con la participación de Maryleana Méndez (Secretaria General de ASIET), Mauricio Agudelo (Especialista en Telecomunicaciones, Tecnología y Media de CAF), Bruno Ramos (Director Regional de la Oficina de UIT para las Américas) y Jorge Fernando Negrete (Presidente de Digital Policy&Law Grop).
La actividad sirvió para presentar algunas conclusiones del estudio ‘El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19’, realizado por la consultora Telecom Advisory Services y producido por el Observatorio CAF del Ecosistema Digital. Diferentes expertos evaluaron la importancia de las tecnologías digitales para paliar los efectos de la pandemia, así como el estado de evolución de estas en la región. El profesor Raúl Katz expuso que el informe partió de la pregunta acerca de si puede la digitalización actuar como factor mitigante de la pandemia, y cuál es el grado de despliegue de tecnologías digitales para apoyar el teletrabajo, afrontar la necesidad de difundir medidas de control sanitario, facilitar las transacciones de consumidores, o continuar educando a distancia. En este sentido, Katz subrayó que “las redes troncales y de distribución de banda ancha fija tienen la capacidad de adaptarse a los picos sistemáticos de tráfico”, aunque “es importante considerar la asignación de espectro adicional” y apuntó a que “la brecha de adopción indica que una porción de la población no puede beneficiarse de Internet para mitigar la cuarentena”. En esta línea concluyó que la región necesita un “plan de resiliencia digital”.
En concreto, Katz señaló algunos sectores que deben avanzar en su proceso de digitalización, como las empresas manufactureras, las dedicadas al transporte, las empresas, o los puertos. En definitiva, dijo, “todos los actores que participan en una cadena de aprovisionamiento deben presentar un grado avanzado de digitalización”. Como propuestas, el Presidente de Telecom Advisory Service y profesor de la Universidad de Columbia apuntó a “acelerar el despliegue de mayor cantidad de radio bases para banda ancha móvil, asignar a operadores móviles espectro adicional de manera temporaria”, “aumentar la porción de espectro no licenciado en las bandas superiores de 5 GHz y 6 GHz para resolver los cuellos de botella en los enrutadores Wi-Fi”, “promover innovación en el desarrollo de plataformas que permitan superar las falencias en las cadenas de aprovisionamiento”, “estimular al sector productivo para que innove”, y “enfatizar la capacitación de los sectores sociales más vulnerables”. En conclusión, remarcó que “es muy importante trabajar en la post pandemia atendiendo las desventajas con las que cuenta América Latina, hay un 20% de la población de la región que no tiene las facilidades para su desarrollo”.
Por su parte, Mauricio Agudelo (CAF) señaló que “América Latina ha venido mejorando a pasos agigantados su proceso de digitalización” y destacó que “las autoridades del sector han hecho enormes esfuerzos por cerrar la brecha digital, por avanzar en la digitalización de la producción, y en la digitalización del Estado”. Agudelo agregó que “es importante incluir mecanismos que apoyen la adopción de soluciones digitales concretas en las cadenas de producción que son críticas en las economías”, apuntando que estas “están llamadas a transitar hacia un cambio productivo y generar un valor agregado mayor en la economía”, como forma de resistir el choque estructural que representa la pandemia.
Bruno Ramos (UIT) destacó la plataforma de Resiliencia de Red Global RG4COVID que han puesto a disposición de toda la comunidad para ayudar a las autoridades públicas y actores del sector “para que las redes se mantengan y los servicios de telecomunicaciones estén disponibles”. Se trata de un compendio de las medidas que han tomado los diferentes países para hacer frente a la pandemia en materia digital, y “pronto se publicará un análisis con una serie de directrices y buenas prácticas”.
Durante su participación, Jorge F. Negrete (Digital Policy & Law) aseguró que “quien no esté conectado no puede salvaguardar sus derechos, por ejemplo, en materia de educación, salud, movilidad, seguridad, o libertad de expresión y acceso a la información pública”. Además. Destacó que en varios países hubo políticas públicas consensuadas con los operadores, “muy afortunadas”, que trataron de “encontrar un equilibrio financiero para evitar que se afectara la solvencia de los operadores y se permitiera la garantizar el servicio”. Y es que “las empresas de telecomunicaciones ya están sufriendo los efectos, basta ver los primeros estados financieros que se están reportando”. Por ello señaló que es necesario un trabajo conjunto “para poder ofrecer lo mejor de una nueva política pública y repensar la regulación digital. Negrete abogó por construir nuevos marcos jurídicos y dar solidez al diseño institucional en cada país, con “competencias precisas y claras”.
Por su parte, Maryleana Méndez (ASIET) subrayó que la industria de las telecomunicaciones y audiovisual “ha demostrado ser un aliado fundamental para paliar los efectos socioeconómicos de esta crisis, (…) y hemos garantizado el mantenimiento de la actividad económica, productiva, educacional, informativa, de teleasistencia, entretenimiento y relacionamiento social”. Méndez apuntó que “el servicio está resistiendo bien” los aumentos de tráfico, gracias a “las inversiones efectuadas que demuestran hoy, con la capacidad de resiliencia de las redes, que se ha efectuado un enorme trabajo por parte de los operadores del mercado”. No obstante, “garantizar la conectividad y las capacidades de operación de las redes debe ser prioridad absoluta durante la pandemia”.
La Secretaria general de ASIET insistió en que “la emergencia plantea retos regulatorios” como “la necesidad inmediata de flexibilidad normativa, o asignaciones temporales de espectro, para poder atender la demanda”, para lo que “es indispensable un dialogo público-privado que permita a las autoridades públicas conocer los retos que se enfrentan para entregar los servicios en esta coyuntura de emergencia sanitaria”. Así, aseguró que “es necesario un análisis técnico de como ajustar la normativa de una manera coherente y equilibrada”. El servicio, declarado esencial, “debe ser sostenible en el tiempo, debemos garantizar su continuidad, y por ende debemos garantizar los recursos que mantienen esta continuidad. Somos parte de una cadena de pagos que es necesario mantener”. Méndez lamentó que “salvo muy pocas excepciones, los grandes ausentes de esta pandemia han sido los fondos de servicio universal”, ya que “ni siquiera en esta crisis tan profunda ha sido posible su utilización para los fines para los que fueron instaurados”.
“Esta experiencia debe servir de punto de apoyo para reformas positivas para todo el ecosistema digital, sin dejar a nadie atrás”, señaló Méndez en su conclusión. Apostando por mantener las buenas prácticas alcanzadas como la virtualización del contacto con el cliente, la simplificación de los trámites para instalar infraestructura, las asignaciones de espectro en forma ágil, o las alianzas público privadas efectivas en beneficio de la población. Como cierre, llamó a “para establecer las bases para una renovada generación de alianzas para re imaginar la nueva normalidad”, para “salir fortalecidos y aprender de las experiencias” de cara a lograr ·un efectivo cierre de la brecha digital y un fortalecimiento de la conectividad en nuestra región”. “Regresemos con más capacidad de dialogo, de despliegue de infraestructura, de asignación de espectro, de planes digitales que efectivamente se cumplan, tenemos que re imaginar cómo vamos a cambiar este ecosistema, cómo vamos a mejorarlo”, concluyó.