Perspectivas sobre el liderazgo exitoso Industria Financiera de América Latina
La industria financiera de América Latina se caracteriza por su dinamismo y complejidad. Factores como la globalización, la innovación tecnológica, la constante evolución de las regulaciones y la creciente competencia, crean un panorama desafiante para los líderes del sector.
En este contexto, el éxito del liderazgo en la industria financiera latinoamericana depende de la conjunción de diversas habilidades:
- Visión estratégica: Capacidad para anticipar tendencias, comprender el entorno competitivo y formular estrategias que respondan a las necesidades del mercado.
- Adaptabilidad: Habilidad para navegar en un entorno cambiante y ajustar las estrategias y operaciones a las nuevas realidades.
- Toma de decisiones: Capacidad para tomar decisiones informadas y oportunas bajo presión y con información limitada.
- Comunicación efectiva: Habilidad para comunicar ideas, motivar a los equipos y generar confianza entre los stakeholders.
- Gestión del talento: Capacidad para atraer, desarrollar y retener talento humano de alto desempeño.
- Enfoque en la innovación: Capacidad para fomentar una cultura de innovación y promover la adopción de nuevas tecnologías.
- Comprensión del contexto local: Conocimiento profundo de las características culturales, sociales y económicas de la región.
- Responsabilidad social: Compromiso con el desarrollo sostenible y la inclusión financiera.
Reflexionando sobre todos los esfuerzos e inversiones realizados en los últimos diez años para integrar las tecnologías digitales en el corazón del ecosistema financiero de América Latina, hemos comprendido que el liderazgo es EL ingrediente crítico para el éxito. Los líderes desempeñan un papel fundamental como el código fuente de las organizaciones adaptativas y transformadoras. Su responsabilidad radica en establecer visiones audaces y, posteriormente, facilitar que sus equipos las materialicen.
Los líderes no solo fomentan, sino que también permiten a los innovadores redefinir y moldear la manera en que operan las organizaciones y las mejores formas de satisfacer las cambiantes necesidades de los clientes. Asimismo, los líderes desempeñan un papel crucial al guiar la asignación de presupuestos, otorgando prioridad a tareas esenciales como sumar nuevas habilidades, la contratación y la retención del talento necesario para un crecimiento sostenido y un rendimiento cada vez más efectivo.
En resumen, los líderes son el pilar fundamental para garantizar la estabilidad y el éxito del sistema financiero, y el liderazgo.
Metiéndonos de lleno en 2024, el sector bancario y financiero en las Américas no solo está evolucionando; está siendo redefinido por una nueva generación de líderes post pandemia. Desde nuestra perspectiva en Fintech Americas, estamos siendo testigos de un cambio de paradigma. La 26ª Encuesta Anual de CEOs Global de PwC apoya esta visión, revelando que el 40% de los CEOs globales temen que sus organizaciones no sean viables en una década si las tendencias actuales persisten. Esto es una clara señal de que estamos siendo testigos de una revisión de las formas de liderazgo. Como dijo Andrew Vaz, Director Global de Innovación en Deloitte: “Si no estás experimentando y, como director, no estás haciendo preguntas sobre cómo tu organización está navegando e integrándose en la disrupción, formando nuevos ecosistemas y aprovechando los mercados abiertos, entonces tu organización está en riesgo”.
Esta nueva generación de líderes ha sido impulsada, quizás incluso determinada, por las brechas, las deficiencias y las demandas que la pandemia ha presentado: deficiencias en inclusión y digitalización, un repentino interés por apuestas más audaces en torno a big data, Inteligencia Artificial y Banca Abierta, y un reconocimiento general de que la capacidad para desarrollar rápidamente productos y servicios hipercentrados en el cliente es ahora un costo inherente al negocio bancario. Aunque su perfil es variado, comparten un sistema de creencias común: un compromiso con la agilidad, la apertura cultural y una comprensión casi innata de que los datos, la tecnología, las personas y los procesos deben sincronizarse de manera adecuada para lograr un crecimiento sostenible. Además, su enfoque va más allá de sus propios bancos y empresas, ya que entienden que la salud del ecosistema financiero en América Latina depende de la salud de cada nodo, de cada miembro.
A medida que transitamos el 2024, el desafío y la oportunidad para los líderes de nuestra industria se centrarán en cuestiones de equilibrio. Deben encontrar la manera de balancear la necesidad de estabilidad y seguridad con la aceptación de la inestabilidad y la constante presión de la interrupción. Asimismo, deben equilibrar el cumplimiento de las necesidades tradicionales de los clientes de ayer con las diferentes necesidades de los clientes del mañana. Conjuntamente, deben mantener un rendimiento financiero sólido al mismo tiempo que están dispuestos a invertir y asumir riesgos en proyectos e iniciativas que quizás no den frutos durante años.
Los actos que esta nueva generación de líderes debe llevar a a cabo para alcanzar el equilibrio no serán sencillos, pero el entorno empresarial ya no lo es. El líder de hoy debe aceptar las crecientes complejidades y las incertidumbres globales, y abrazar la simple verdad: adaptarse o perecer.