Secretario Estado Blinken y presidente Colombia Duque Márquez, en celebración bicentenario relaciones EE. UU. y Colombia
Washington D.C.,17 de junio de 2022. Departamento de Estado de los Estados Unidos, Museo Nacional de Diplomacia Estadounidense.
Declaraciones del Secretario de Estado, Antony J. Blinken,
Fragmentos
SECRETARIO BLINKEN: Buenas tardes a todos.
Es muy grato ver a todos hoy aquí, especialmente en esta ocasión. Susan, muchísimas gracias, tanto por la presentación como por lo que haces cada día para dar vida verdaderamente a nuestra diplomacia y llevarla a nuevas generaciones de estadounidenses. Estamos muy agradecidos por esto. Es un proyecto notable, con el que estamos absolutamente comprometidos. Así que gracias.
Sr. Presidente, es muy bueno tenerlo de vuelta en Washington. Hace apenas unos días estuvimos en Los Ángeles. Nos alegramos mucho de verlo aquí. Es una oportunidad de que, modestamente, le devolvamos la hospitalidad que nos ofreció durante el último año y medio, que incluye mi vista a Bogotá el año pasado, y también de celebrar una gran ocasión. Y tal vez nos deshagamos del micrófono y yo intente hacerme oír (Risas). El bicentenario de nuestras relaciones bilaterales que celebramos hoy… creo que estamos dando un nuevo significado al Juneteenth de la semana próxima también.
Sr. Presidente, en verdad deseo agradecerle una vez más en forma pública, como lo hice en privado, no solo por participar en la Cumbre de las Américas, sino por el liderazgo que ejerció Colombia en la Cumbre. Es mucho lo que pudimos hacer para las personas de nuestro hemisferio en esos tres días en Los Ángeles, y sin duda el liderazgo de Colombia fue clave, incluso en cuestiones como la declaración sobre migración, sobre la cual voy a decir algunas palabras en unos minutos. Pero ese liderazgo, como siempre, resultó sumamente valioso. Nuestra alianza, como siempre, es invalorable. Y yo le agradezco, y el presidente Biden le agradece, por ese lazo de asociación.
Sr. Embajador, embajador Pinzón, somos amigos desde hace mucho tiempo y es excelente que hoy esté aquí, al igual que otros colegas de las distintas áreas del Gobierno de Colombia: sé que este es apenas uno de una serie de eventos que se han organizado para celebrar nuestros 200 años. Expresamos nuestra gratitud a nuestros colegas de Colombia por haber, en cierto modo, oficiado como anfitriones del evento de hoy, en conjunto con nosotros.
Nuestro equipo en Bogotá también tiene un papel sumamente activo en la organización de celebraciones que se desarrollarán en numerosas ciudades colombianas en los próximos días.
Y por último, quisiera decirles a nuestros colegas aquí presentes del sector privado colombiano y estadounidense: gracias por estar aquí hoy y gracias por el trabajo que hacen cada día para fortalecer los lazos entre nuestros países. Los vínculos económicos que nos unen son fuertes y cada vez más profundos y, por cierto, redundan en beneficios significativos para los pueblos de ambos países.
Creo que es oportuno que hoy estemos celebrando en el Museo Nacional de Diplomacia Estadounidense. ¿Cómo estamos? Veamos. (Risas). Es un micrófono insubordinado. (Risas).
Tenemos —y sospecho que el Presidente también hablará de esto— una extensa historia que nos ha unido, incluso antes de 1822, cuando empezaron nuestras relaciones diplomáticas formales.
Entre 1806 y 1807, Simón Bolívar transcurrió seis meses en Estados Unidos viajando por la Costa Este desde Charleston, Carolina del Sur, hasta ciudades a lo largo de la costa, antes de liderar el movimiento de independencia en América del Sur.
Además de la historia, nos ha enriquecido inconmensurablemente la cultura de Colombia —y sigue haciéndolo—, el realismo mágico de García Márquez, el arte de Botero, la música de Shakira. (Risas). Se dice que Colombia es la tierra de los mil ritmos, y sospecho que Shakira es responsable de 999. (Risas).
Pero con respecto a lo señalado por Susan, y creo que esto es algo importante, tenemos una relación que se ha mantenido firme más de 200 años, incluso en los momentos más difíciles, y eso es muy elocuente. Hace algunas décadas, el futuro mismo de Colombia estaba en riesgo, soportando los embates de cárteles de drogas y grupos insurgentes. El conflicto asolaba al país. Muchos colombianos sufrían violencia o vivían bajo el temor constante de la violencia. Por cierto, en ese período existía un profundo desempleo y dificultades económicas.
Nos unimos —Estados Unidos y Colombia— y hoy veo en esta sala a personas que lideraron esos esfuerzos. Emprendimos el Plan Colombia. Pusimos fin a una campaña que llevaba medio siglo para hacer caer al Gobierno colombiano, así como a una guerra que mató a más de 200.000 personas. Plan Colombia se convirtió en Paz Colombia, y aunque sigue habiendo muchos asuntos, Colombia ha ampliado el acceso a la educación, al empleo, a otros servicios sociales en sus zonas rurales y para las comunidades relegadas del país, incluidas las comunidades indígenas y afrocolombianas; ha reformado las leyes sobre tierras y ha establecido instituciones como la unidad de personas desaparecidas. Queda mucho trabajo por delante, pero es algo notable, sobre todo en un período de tantos desafíos en todo el mundo, el compromiso que ha asumido Colombia con la paz y el progreso, y se trata de un compromiso duradero.
El mes pasado, pudimos apreciar la fortaleza de la democracia en acción. Creo que se verificó el mayor nivel de concurrencia de votantes a la primera ronda de elecciones presidenciales del que se tenga registro. Independientemente de los resultados, Estados Unidos tiene gran expectativa trabajar con la próxima administración para continuar el progreso que se encuentra en curso y la relación que han construido juntos varias generaciones de nuestros funcionarios y nuestra gente.
Quisiera hacer algunas declaraciones antes de darle la palabra al Presidente.
Estamos profundizando nuestros lazos económicos. El mes pasado se cumplió el décimo aniversario del Acuerdo de Promoción Comercial con Colombia que ayudó a duplicar las exportaciones agrícolas estadounidenses a Colombia y, al mismo tiempo, convirtió a Estados Unidos en el principal importador de productos agrícolas procedentes de Colombia.
La semana pasada en Los Ángeles, en la Cumbre de las Américas, el presidente Biden anunció la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas. Vamos a trabajar en forma directa con países de la región, incluido Colombia, para eliminar los obstáculos a la inversión, acelerar el crecimiento económico en nuestro hemisferio y, a su vez, asegurar que los beneficios del crecimiento sean más equitativos, pues sabemos que aún si crecen nuestras economías, también lo hacen las brechas entre ricos y pobres, y estamos decididos a actuar ante esto.
Juntos, estamos mejorando nuestra seguridad compartida. Nuestra alianza a lo largo de los años ha permitido que las fuerzas de seguridad estadounidenses y colombianas trabajen juntas. El embajador Pinzón y yo trabajamos sobre esto hace algunos años. Ahora vemos los beneficios en el trabajo que llevan adelante las fuerzas de seguridad colombianas para capacitar a otras fuerzas en el hemisferio. Colombia se ha convertido en un exportador de seguridad en nuestro hemisferio, y eso es algo importante. La designación reciente de Colombia, con el presidente Duque, como Aliado Principal No Miembro de la OTAN, potenciará esta cooperación al posibilitar que nuestras fuerzas militares trabajen en más estrecha colaboración en los años venideros.
Y esta asociación, además de ser una alianza bilateral y una alianza regional, es cada vez más una alianza global. Estamos trabajando juntos en desafíos globales, como la crisis climática. Entendemos lo importante que es esto al apreciar la belleza natural extraordinaria de Colombia, desde los picos blancos en Los Nevados hasta las selvas tropicales del sur del país. Trabajamos juntos para proteger a estos y otros ecosistemas diversos en el país; por ejemplo, a través de Amazonia Connect, una iniciativa que se anunció en la Cumbre de las Américas. Esta iniciativa apuntará a reducir la deforestación en el Amazonas, pulmón del hemisferio y fuente inigualable de biodiversidad.
En mi visita a Bogotá el año pasado, tuve oportunidad de hablar con un grupo de jóvenes colombianos, que me preguntaron sobre varias otras áreas en las que nuestros países trabajan juntos, y que incluyen desde la creación de vías seguras para la migración hasta la promoción de un entendimiento común por medio de la cultura y la educación.
Tuve una conversación con una persona de una generación mucho más joven, y con una trayectoria musical mucho más destacada. (Risas). Juan Carlos Mindinero es un músico afrocolombiano de Tumaco que me contó que trabaja para, a través de la música, promover la paz y abordar algunas de las cuestiones más complejas de su comunidad, como el racismo. Su trabajo me recordó, de tantas formas, a las canciones del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, que tuvieron un papel central para inspirar y movilizar a los ciudadanos de a pie a actuar.
Y en verdad, esa es una de las cosas más bellas de la democracia: que los ciudadanos comunes hagan frente abiertamente a los desafíos más complejos con los que lidiamos. En definitiva, estos ciudadanos comprometidos son quienes más me infunden optimismo por el futuro de la relación entre Colombia y Estados Unidos. Las personas que creen en los lazos entre nuestros países, que están dispuestas a seguir forjándolos, para que sus propios gobiernos y las relaciones entre ellos sean cada vez mejores, incluso más fuertes, en los años por delante. Ese es el motor detrás de todo esto.
Entonces, quisiera decir a todos los presentes, ya que, de un modo u otro, prácticamente todos aquí han estado implicados en esta relación, gracias por su compromiso con este trabajo. En pocas palabras, Sr. Presidente, amigos y colegas, que continúe la amistad entre Colombia y Estados Unidos. No podríamos pedir un socio mejor, un amigo mejor en el mundo.
Sr. Presidente, tiene la palabra. (Aplausos).