Transformación digital y agronegocios: tendencias y oportunidades en América Latina y el Caribe

Transformación digital y agronegocios: tendencias y oportunidades en América Latina y el Caribe

La agroindustria en América Latina y el Caribe desempeña un papel crucial en el fortalecimiento de la economía regional. Caracterizada por su vasta extensión de tierras cultivables, recursos naturales abundantes y una biodiversidad única, el sector agrícola contribuyó en 2021 significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) de la región, representando el 6.9% de la economía.

Se prevé un crecimiento acumulado en América Latina del 14% para la producción agrícola y pesquera en los próximos 10 años. Este aumento se explicará en gran parte por una mejora de la productividad, habilitada principalmente por la transformación digital que vive el sector.

La digitalización de cadena de valor de este tipo de empresas ejemplifica la revolución tecnológica que está cambiando la forma en que se cultivan, recolectan y distribuyen los alimentos. El uso de sensores, drones y dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) se ha convertido en una práctica común para monitorear el crecimiento de los cultivos, mejorar la gestión del agua y optimizar la producción. Otro caso lo encontramos en cómo la inteligencia artificial y el análisis de datos están siendo utilizados para tomar decisiones más informadas.

La automatización es otra tendencia clave que está transformando la agroindustria en la región. Los robots y maquinaria autónoma están siendo desplegados en las fincas para realizar tareas como la siembra, la cosecha y la clasificación de productos. Estas inversiones de capital se ven rentabilizadas en el largo plazo con una mejora de la eficiencia y productividad.

La sostenibilidad es otro factor crucial que está dando forma al futuro del sector. Los consumidores y los mercados internacionales están demandando alimentos producidos de manera más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Esto está llevando a prácticas agrícolas más responsables y a la adopción de tecnologías que reducen el uso de pesticidas y la huella de carbono.

Por ejemplo, la utilización de la tecnología blockchain permite la transferencia digital de la información sobre los productos a través de la cadena, permitiendo asegurar la trazabilidad de sus características en cualquier fase. Por otro lado, la biotecnología es empleada para producir cultivos con determinadas propiedades nutritivas, obteniendo el consumidor productos más saludables.

Todo lo anterior pone de manifiesto como en los últimos años el sector ha buscado reinventarse mediante soluciones digitales que les ayuden a ser más eficientes, aumentar la productividad y reducir el impacto ambiental. Como consecuencia, las empresas se están apalancando en las tecnologías para poder dar respuesta a los desafíos que trae consigo la transformación digital.

La ausencia de talento y cultura digital es una de las principales barreras para la implementación de tecnología. Todavía muy pocas empresas cuentan con un Plan de Transformación Digital con una visión holística y un proceso de educación digital que permita a los trabajadores adquirir los conocimientos necesarios para adoptar nuevas herramientas y prácticas con el objetivo de ser más productivos y dedicarse a tareas de mayor valor.

Debido a la importancia de este sector para las economías y para los más vulnerables, financiar estos proyectos es vital para conseguir que las empresas se transformen digitalmente, aumentando su capacidad productiva y favoreciendo el desarrollo de la región. En este sentido, BID Invest realizó una inversión de capital de 6 millones de dólares en ProducePay, una empresa de AgTech que ofrece soluciones de financiamiento directamente a productores dentro de América Latina.

Otros casos de innovación del sector lo encontramos en la evolución de modelos B2B (Business to Business) hacia modelos B2C (Business to Consumer). Derivado de la pandemia, muchos negocios se vieron en la obligación de digitalizarse para continuar con sus operaciones. Habilitado por el aumento de la penetración de los móviles, el crecimiento del comercio electrónico y la llegada de los pagos digitales, las plataformas de eCommerce del sector agro nacieron para vender y comprar productos agrícolas de manera digital.

La transformación digital y las nuevas soluciones tecnológicas representan un verdadero catalizador para el sector agrícola en América Latina y el Caribe, mejorando la competitividad de las empresas y agricultores. La digitalización impulsa el crecimiento económico, mejora la seguridad alimentaria y promueve la sostenibilidad, beneficiando así a toda la región.

The absence of talent and digital culture is one of the main barriers to implementing technology. Very few companies still have a Digital Transformation Plan with a holistic vision and a digital education process that allows workers to acquire the necessary knowledge to adopt new tools and practices to be more productive and dedicate themselves to higher-value tasks.

Due to the importance of this sector for economies and the most vulnerable, financing these projects is vital to ensure that companies transform digitally, increasing their productive capacity and favoring the region’s development. In this sense, IDB Invest made a capital investment of 6 million dollars in ProducePay. This AgTech company offers financing solutions directly to producers within Latin America.

Other cases of innovation are the evolution of B2B (Business to Business) models towards B2C (Business to Consumer) models. After the pandemic, many businesses had to digitalize to continue their operations. Enabled by the increase in mobile penetration, the growth of e-commerce, and the arrival of digital payments, e-commerce platforms in the agricultural sector were born to sell and buy agricultural products digitally.

Digital transformation and new technological solutions represent a true catalyst for the agricultural sector in Latin America and the Caribbean, improving the competitiveness of companies and farmers. Digitalization drives economic growth, improves food security, and promotes sustainability, thus benefiting the entire region.