Tres tendencias en finanzas sostenibles para Latinoamérica y el Caribe

Este año puede ser otro año récord para los productos de inversión sostenible —también conocidos como socialmente responsables— ya que la emisión global de bonos verdes podría alcanzar los US$206 mil millones, el doble del volumen alcanzado en 2020. Esto demuestra cómo, en los últimos años, el sector financiero ha tomado un interés serio en el potencial de las inversiones sostenibles para generar ganancias, pese a que los beneficios de la gestión medioambiental se conocen desde hace mucho antes.

En este nuevo panorama los mercados emergentes, particularmente América Latina y el Caribe, están en una posición privilegiada para ganar dinero a través de esta creciente tendencia sostenible. Para las instituciones financieras que comienzan a incorporar factores sociales y medioambientales en sus análisis de créditos, hay al menos tres tendencias a considerar:

LA TECNOLOGÍA ACTÚA EN FAVOR DE LA SOSTENIBILIDAD

La rápida expansión de las compañías de innovación financiera (fintech) tiene el potencial para ampliar la agenda de desarrollo sostenible. La tecnología está generando clientes con un mayor, más eficiente y más inmediato acceso a la información que se puede traducir en “un incremento de la transparencia, responsabilidad y colaboración entre los diferentes sectores”, según un estudio realizado por ONU Medio Ambiente

Las imágenes y análisis geoespaciales son un ejemplo de cómo el bajo costo, la alta calidad y el fácil acceso a los datos están transformando la forma de identificar y monitorear fenómenos como el cambio en el uso de la tierra y la deforestación. Dentro de estas iniciativas, el World Resources Institute está desarrollando una herramienta llamada Global Forest Watch Pro, que permite monitorear y manejar el riesgo del portafolio de proyectos agrícolas y forestales. A través de alertas de deforestación y de incendio en casi tiempo real, utiliza imágenes satelitales y detecta la pérdida de áreas verdes, desde 30 metros. Esta plataforma fue lanzada oficialmente en octubre de 2017, y permitiendo que los bancos y empresas de la industria identifiquen la deforestación ilegal o irresponsable cuando suceda.

VANZAN ESTÁNDARES DE SOSTENIBILIDAD OBLIGATORIOS Y VOLUNTARIOS

En toda la región, los bancos están creando estándares voluntarios para gestionar los temas medioambientales y sociales en el sector financiero. Las asociaciones de la industria dan voz a la búsqueda del sector en desarrollo sostenible y definen reglas, mayoritariamente aceptadas. Ejemplos de estándares voluntarios incluyen Los Principios de Ecuador, el Protocolo Verde de Colombia y la Mesa de Finanzas Sostenible de Paraguay.

Estos estándares pueden pasar a ser obligatorios con el tiempo. Brasil ha seguido esta tendencia, mediante la emisión de una Resolución del Banco Central, que exige a los bancos establecer e implementar una política de responsabilidad social y medioambiental interna. Además, a través de impuestos e incentivos fiscales, está enviando una clara señal al mercado brasileño para que las compañías y los bancos valoren las externalidades medioambientales y sociales, y los riesgos de ignorarlos en la toma de decisiones financieras.

EL DESEMPEÑO FINANCIERO ESTÁ CORRELACIONADO A FACTORES AMBIENTALES, SOCIALES Y DE GOBERNANZA

La incorporación de temas de sostenibilidad en las valoraciones corporativas no es diferente de otros factores que los ejecutivos consideran en la gestión para el desempeño, pero sí ocurren con un mayor retraso, según un estudio reciente de McKinsey, la consultora de administración global. El hecho que los mercados reflejen factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) no es nuevo.

América Latina y el Caribe fue una de las primeras regiones en adoptar este tipo de mediciones, a través del Índice de Sostenibilidad Corporativa (CSI) Bovespa 2005, de Brasil. Este índice incluye 34 empresas de 15 sectores considerados por operar de forma sostenible y ética. Además, proporciona información corporativa sobre los datos de riesgo ambiental, social y de gobernanza (ASG). Desde su creación en 2005, las empresas que figuran en el Índice de Sostenibilidad superaron significativamente a las empresas cotizadas en Ibovespa (145,36% vs 94,11%), y demostraron ser ligeramente menos volátiles (25,25% vs 28,05%). Estos hallazgos son respaldados por múltiples investigaciones académicas y bancarias, que ilustran la correlación positiva entre los factores ASG y el rendimiento financiero.

Como el mercado ha demostrado, las instituciones y empresas que buscan inversiones con triple resultado —económico, medioambiental y social— pueden alcanzar mayores retornos en el mediano y largo plazo que las compañías que se enfocan en ganancias monetarias. En el sector financiero, BID Invest (conocido anteriormente como Corporación Interamericana de Inversiones) trabaja de la mano con sus las instituciones financieras para que los prestatarios integren análisis medioambientales y sociales en sus operaciones.

Así, el mercado reconoce cada día más en los beneficios que el desempeño medioambiental y social aporta a los negocios, a medida que las finanzas sostenibles se hacen más comunes. Este mensaje es primordial en la 17° Semana de la Sostenibilidad, de BID Invest, que se llevará a cabo en Cartagena, Colombia esta semana. En el evento se realizará un entrenamiento sobre el manejo de riesgos medioambientales y sociales, a más de 50 bancos de la región. Aquí, los bancos podrán aprender las claves del manejo de riesgos en estas áreas, y recibirán claros consejos sobre cómo valorar estos factores en cuanto a los riesgos y retornos de su portafolio en el largo plazo.